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lunes, 1 de agosto de 2011

Investigación por corrupción a congresista Rivera es solo otro elemento de la “Miami Connection”

Jean-Guy Allard

La confirmación de la investigación por corrupción, realizada por tres organismos estatales al congresista cubanoamericano David Rivera, solo reafirma el carácter mafioso de la representación cubanoamericana en el Capitolio de EEUU, cuyos miembros tienen todos, de una forma u otra, una vinculación con el mundo del crimen o del terrorismo.
Rivera es parte de la llamada “Pandilla de los Seis” que conforman la Miami Connection -por tener su cuartel general en la Florida- tanto en el Senado como la Cámara Baja, y que se completa con los senadores Bob Menéndez, Marco  Rubio, Albio Sires y los representantes Mario Díaz Balart e Ileana Ros-Lehtinen.
Hace ya meses que se reveló la existencia de investigaciones contra Rivera, un político que desde mucho antes de su llegada a Washington tenía fama de no tener muchos escrúpulos.
El miamense se encuentra a la vez bajo la lupa, más o menos limpia según el caso, de los investigadores del FBI junto con la fiscalía federal, el Departamento de Policía de Florida y la Unidad “Corrupción Pública” del Departamento de Policía de Miami Dade.
El siempre hambriento Servicio federal de Impuestos también se interesa por la situación financiera de Rivera.
La búsqueda cubre toda una serie de actividades sospechosas del congresista, que incluye la comisión de 510,000 dólares en pagos secretos que se hicieron en 2008 a su madre, de parte del cinódromo Flagler Dog Track , un préstamo de 132 mil dólares que se le hizo y más de 75 mil dólares a la hija de uno de sus empleados, pagados supuestamente por “cortesía”.
En el caso del “Flagler Dog Track”, Rivera negó los hechos a pesar de que aparece en los  records públicos que su madre fungía como Presidenta de una corporación llamada “Milenium”  que “casualmente” aceptó medio  millón de  dólares de la empresa situada en Flagler y 37  Avenida, en el noroeste de Miami.
“Flagler Dog Track” se ha convertido ahora en el Casino “Magic City”. Gracias al lobby realizado por Rivera en el Congreso Estatal de La Florida para otorgarle a esta empresa de carreras de perro la autorización para desarrollar un Casino.
El diario The Miami Herald obtuvo copia de un contrato entre Flagler y Milenium que revela cómo la madrina de Rivera y su madre ocuparon sucesivamente el “puesto” de director ejecutivo de esa empresa fachada. El contrato especificaba que Rivera realizaría, además, los necesarios “esfuerzos” para legalizar las máquinas tragamonedas en el Condado de Miami Dade.
Irónicamente, Rivera fue tan seguro de sí para firmar el documento aunque no era ni ejecutivo, ni director de Milenium. El contrato especificaba que Flagler pagaría un millón de dólares para esta tarea.
Error fatal, Rivera intentó engañar a la propia Cámara de Representantes sobre la recepción de los 132.000, de tal forma que pudiera ser expulsado por los propios mecanismos de la institución parlamentaria.
Rivera tuvo la “audacia” de declarar al Miami Herald que nunca recibió los 500.000 dólares ilegalmente canalizados hacia la empresa por los dueños de la pista de carreras.
Fue sólo cuando se sintió atrapado que el parlamentario de Miami revisó sus declaraciones y dijo que los 132 000 dólares de Milenium que recibió no eran otra cosa que un préstamo que rápidamente devolvió.
Rivera tiene también que explicar su manejo de fondos de campaña electoral. Entre otras cosas por qué algunos empresarios o empresas que participaron en su elección recibieron unos 243 mil dólares entre el año 2004 al 2010.
El conocido comentarista Javier Manjarrés, del blog ultraconservador Shark Tank, ha publicado hace poco un resumen del caso Rivera y ha exigido que renuncie “antes de convertirse en una vergüenza nacional”. Manjares subrayó que Rivera comete un grave error al negarse a responder a las preguntas de los periodistas, como lo hizo en varias oportunidades.
El Presidente de la Cámara John Boehner y el republicano Eric Cantor, líder de la mayoría, han sido ambos invitados a responder a las preguntas de los periodistas acerca del delincuente Rivera y a decir si tienen la intención de sancionarlo.

TODA LA PANDILLA TIENE SUS “VÍNCULOS”

Increíblemente, toda la pandilla cubanoamericana que ocupa escaños bajo la cúpula del Capitolio, padece de debilidades parecidas a las de Rivera, el más joven de la tropa.
Ileana Ros-Lehtinen (Florida-18) se ganó el puesto en Washington gracias a una campaña a favor del pediatra terrorista (Orlando) Bosch, líder del CORU (recientemente fallecido), y sigue hoy asistiendo en persona a asambleas de promotores del terrorismo contra Cuba.
Casualmente, el casino manejado por la tribu de los Seminoles, con ganancias multimillonarias, está virtualmente controlado por su esposo, el abogado mafioso Dexter Lehtinen, oficialmente Consejero General de la minúscula comunidad india autóctona, una rama de los Seminoles.
Lehtinen fue quién manejo hace años un diferendo de los Miccosukees con la firma de gestión de casino Tamiami Partners, vinculada a la familia italiana mafiosa Genovese de la norteña ciudad de Pittsburgh.
La congresista es una fanática de las mesas de casino.
Por su parte, Mario Díaz-Balart (Florida-25), ha mostrado ampliamente que aprendió muchísimo de su hermano Lincoln, quien se retiró repentinamente por motivos que quedan difíciles de tragar.
En un pasado no tan lejano Mario se pegaba alegremente a un político tan corrupto como Tom Delay, hasta el punto de contribuir a su fondo de defensa judicial cuando fue investigado y enjuiciado por corrupción.
Albio Sires, tiene como brazo derecho a Ángel Alfonso Alemán, el actor principal del complot del yate La Esperanza con el cual se intentó matar al líder de la Revolución cubana. Sires fue alcalde de la ciudad de West New York, famosa por ser controlada por el hampa cubanoamericano que desarrolló ahí una extensa red de juego ilegal y de prostitución.
Por su parte, Robert “Bob” Menéndez, a parte de sus numerosas conexiones terroristas, reinó de alcalde en Union City a partir de 1986.
Bajo su férula, la ciudad se confirmó más que nunca en paraíso del juego, del racketeering, de la extorsión, del fraude y de la prostitución. Justo al lado de Nueva York. Hubo hasta quien comparó entonces a New Jersey con la Cuba de Meyer Lansky.
En cuanto a Marco Rubio, el reportero  de la Cadena Univisión Gerardo Reyes, reveló que una pariente cercana del senador republicano, fue esposa de un conocido capo de una mafia miamense de narcotraficantes, sin hablar de un cuñado vinculado a estos mismos círculos.

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