“Estamos listos para conquistar el mercado norteamericano”, dijo en entrevista con Xinhua Jerome Cottin-Bizonne, gerente general de Havana Club International, entidad creada en 1993 a partir de la fusión de la estatal empresa cubana Cuba Ron S.A. y del grupo francés Pernod Ricard.
El bloqueo económico contra la isla, impide la venta de ese ron en Estados Unidos, un mercado que absorbe el 40% de la producción de esas bebidas y donde los directivos de la firma consideran que pueden vender a corto plazo un millón de cajas de nueve litros.
“Sería un crecimiento fuerte, importantísimo”, agregó el ejecutivo, tras destacar que Estados Unidos representa “un potencial enorme”.
Cottin aseguró que “nuestro mayor deseo es que un día se pueda vender allá para que los consumidores de Estados Unidos puedan disfrutar de un ron de alta calidad”.
Havana Club perdió un litigio legal en Estados Unidos y no puede registrar esa marca* en territorio estadounidense, pero la empresa reaccionó con la creación de “Havanista”, un ron expresamente diseñado para ese mercado.
Havanista, la línea que hubo necesidad de registrar bajo nueva marca en Estados Unidos, aunque con los mismos atributos que Havana Club. |
Ante una eventual normalización de los vínculos entre Cuba y Estados Unidos, los directivos aseguran que la industria ronera de la isla tiene capacidad de añejamiento y producción para responder a todas las solicitudes que pudiera hacer el mercado estadounidense en caso de que se levantaran las sanciones económicas contra la isla.
A pesar de no tener acceso a ese mercado, el ron Havana Club ocupa en la actualidad el lugar 24 del ranking de las 100 bebidas mejor vendidas en el mundo, con unos 4 millones de cajas de nueve litros cada año, en más de 140 países, principalmente en Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Chile.
La marca destina a Europa casi el 80% de sus exportaciones y más del 15% se comercializa en mercados de Latinoamérica y Canadá, mientras el resto de las ventas van a países de Asia, África y Oceanía.
La compañía espera este año un crecimiento de sus ventas de 3% en comparación con igual etapa del año anterior, con resultados “excelentes” en Europa, América Latina y Asia, incluida China.
Al evaluar el éxito de la compañía, Cottin destacó que en más de 20 años han logrado crecer diez veces en volumen y 15 en valores, al elevar la producción de 400 mil cajas en 1993 a la cifra actual, un aumento en el que ha influido la mayor planta de procesamiento de ron del mundo.
Cottin aseguró que el reconocimiento y posicionamiento internacional de la marca se debe a su calidad, al aporte de los Maestros roneros, a las condiciones naturales de la isla, “con su caña de azúcar y mieles excepcionales”, y al añejamiento natural del producto.
El ejecutivo consideró que la idea de asociar en 1993 la marca cubana con una empresa de bebidas espirituosas occidental, como Pernod Ricard, ha tenido fructíferos resultados comerciales, que se expresan en una positiva tasa media de crecimiento anual en las ventas, que ubica a la marca entre las más dinámicas del mundo de los espirituosos.
(*) La marca Havana Club se registró en Estados Unidos en 1976 y fue reconocida por esa nación en ese momento. Tal como estipulan lan leyes estadounidenses sobre este acápite, el registro debe ser renovado cada diez años. Así se hizo en 1986 y luego en 1996 sin ningín tipo de complicaciones. Sin embargo, en 1998 se introdujo una legislación en el Congreso de Estados Unidos, que exigía una licencia para renovar la marca. En el 2006 Havana Club International S.A. fue a registrarla nuevamente en la Oficina del Registro de la Marca, pero los funcionarios plantearon que aunque estaban de acuerdo con hacerlo, requerían de ese permiso que finalmente no se obtuvo. Se trata de una ley enfilada directamente a Havana Club, fue hecha exclusivamente para ella. Es inconstitucional y atentatoria del derecho internacional. No obstante, pese contar con el apoyo de muchos organismos como la propia Cámara de Comercio de Estados Unidos y la Organización Mundial del Comercio, que no avalan esta forma de proceder porque atenta contra los principios de los negocios a escala internacional, la entidad perdió la reclamación legal abierta por esa causa.
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