Calor y sol intenso a las tres de la tarde en la Plaza de la Revolución en la ciudad de La Habana, la capital de todos los cubanos. Ir y venir de vehículos, transeúntes que cruzan la amplia avenida en uno u otro sentido, grupos de turistas, de esos mismos que hoy completaron los 3 millones de visitantes foraneos en 2014, se pasean y toman fotos en la explanada desde cuyo pedestal la escultura del Apóstol preside el sitio de las grandes marchas y concentraciones del pueblo.
En otro punto del vasto escenario periodistas, camarógrafos, fotorreporteros de medios extranjeros aguardan por el anunciado y recontra-publicitado "performance" de la artista Tania Bruguera, que sin aviso previo cancela y ni se asoma por el lugar.
Otros detalles ampliados también en:
- Epílogo del supuesto “Ocuppy Wall Street” cubano [+ fotos y video]
De todo lo que he leído hasta ahora, esta pincelada que encontré en Facebook me parece la nota más razonable, salpicada con los siempre agradables aderezos del humor criollo y la fina ironía.
Yoani Sánchez dejó tirada a Tania Bruguera en La Habana
Yohandry Fontana
Pensé que Tania Bruguera se mandaría hoy una peluca, al estilo Yoani Sánchez, y se aparecería en la Plaza de la Revolución. Allí me mantuve por un par de horas y los que arribaron fueron varios turistas canadienses; y a lo lejos, los periodistas, los pobres, embarcados por otra estafadora que llegó a Cuba para montar una provocación precisamente ahora, cuando Cuba y Estados Unidos aflojan cuerdas para el restablecimiento de relaciones.
Me llama la atención que la bloguera Yoani Sánchez tampoco hizo nada para ir al perfomance de las 3:00 PM, casualmente, la hora en que mataron a Lola.
Dijo por su cuenta de tuiter la estafadora que su marido cardiaco y el otro, Eliécer Ávila, el sembrador de boniatos, se habían entregado a la policía. Y yo me pregunto: ¿Cómo coño se entregaron así de fácil, cuando ese edificio tiene 18 salidas distintas? Bien pudieron vestirse de jardineros, mecánicos, camuflarse de cederistas, limpiabotas, cualquier cosa; pero eso de entregarse a la policía me recuerda al Coco Fariñas, que arma sus escándalos en La Habana y luego lo soplan para Santa Clara en un carrito cómico de esos chinos, blancos, que ruedan por la capital.
Leí de otros 4 detenidos, y no sé si será verdad, porque la decadente y vieja disidencia ya no sabe qué inventar para buscar protagonismo y apoyo.
Y de las Damas de Blanco (Asalariadas de la USAID) ni hablar. Esas, en primer lugar, no saben un carajo de perfomances, y en segundo, si no le tiran la gasolina en CUC no caminan.
Lo cierto es que nadie se apareció por allí y finalmente lo que enganché fue un buen sol, al igual que un grupito de periodistas que la pasaron bien aburrida.
¿Y dónde se metió Rodiles?
Me voy al Malecón, con mi caña de pescar.
¡Feliz 2015!
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