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viernes, 8 de abril de 2016

Producir con el esfuerzo y la inteligencia del pueblo

La industria biotecnológica cubana desarrolla
fármacos sin análogos en el mundo. Esa es hoy
una de las principales fuentes de ingresos.
Julio Martínez Molina

En El hermano Obama, su artículo del 27 de marzo, Fidel sostiene: “Advierto además que somos capaces de producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos, con el esfuerzo y la inteligencia de nuestro pueblo”.
Esa es la clave del desarrollo próspero y sostenible al que nos llama Raúl, del cual depende tanto la soberanía como la integridad ética en tanto nación, pero asimismo el bienestar del pueblo cubano ahora y en lo adelante.
No es cosa de juego, sino de máxima urgencia, y de seguro va a tener un espacio de análisis en el inminente VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, en el molde expresivo de discusión derivada del comportamiento e incidencia de los Lineamientos puestos en marcha desde el anterior encuentro político y de los Objetivos de la Primera Conferencia Nacional.

Constituye la vía de gestión económica irremisible a efectos de concretizar el acariciado sueño de autoabastecernos en diversos órdenes, primero; y de forma general algún día. Sí, constituye reto mayúsculo dentro de un país de historia prerrevolucionaria monoproductora y expoliado de 1902 a 1958, sin hasta ahora recursos fósiles explotables a gran escala, bloqueado sin receso a lo largo de casi seis décadas de Revolución por la nación más poderosa de la historia y, por si fuera poco, emergente de un cisma económico de tamaña envergadura como el del período especial. Pero es posible afrontarlo.
Existen numerosas señales, en distintos frentes, que respaldan la aseveración. Quizá uno de los ecos más poderosos de recepción, a rango local e internacional, sea la consolidada y en expansión industria cubana biofarmacéutica, cuyos logros nadie creería provenientes de un territorio pobre, de no contar aquí con el capital humano creado profesionalmente por el proceso social en curso desde su surgimiento, en tanto política de Estado.
Al también muy conocido desarrollo previsto para el Turismo -la prensa difunde muy a menudo sus avances- se unen otros quizá menos divulgados en términos factuales, técnicos, aunque ya vayan dando pasos acertados en garantizar nuestras necesidades en un sentido tan primordial como el universo de los electrodomésticos, esenciales para la tranquilidad familiar.
A las hornillas de inducción GELECT (Grupo de la Electrónica) y su menaje colateral, en fase de adquisición progresiva por la población de todo el país, se suman las homónimas cajas decodificadoras de alta definición de la señal televisiva digital, comercializadas desde noviembre en la red de tiendas. La calidad de este elemento de la industria nacional, confirmada por el redactor y aquellos entrevistados que la poseen, es óptima; si bien aun de momento el precio de venta (49.95 CUC) resulta muy alto para parte de los cubanos. Según fue anunciado en la Mesa Redonda, en las contrataciones de 2016 se incorporará la venta las cajas HD de mejor costo y precio. Estos modelos son sin display, sin teclas, a 44 y 45 CUC, monto no obstante todavía elevado. Nuestra industria debe producir 240 mil unidades de “cajtas” este año.
Ha sido bienvenida la reciente reducción de precios de los primeros televisores híbridos de 32” LED de producción criolla, de 445 a 399 CUC, de inicio verificada en la capital y varias semanas después (desconocemos la razón) en provincias. Sumarán 60 mil los equipos de tal tipo en la producción nacional prevista para 2016. Deben aparecer en el trascurso del actual calendario otros modelos de plasmas con pantallas de 24, 39, 42 y 51 pulgadas. Tablet de fabricación endógena arribarán al mercado en fecha próxima.
La riqueza espiritual, tan o más importante que la material, tampoco se relega. Es una bella noticia el hecho de que la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM) publicará en el corriente más de ochenta nuevos fonogramas, con presencia de todos nuestros géneros musicales (destacan Omara Portuondo, el Septeto Santiaguero, Pancho Amat y el Cabildo del Son, entre otros exponentes principales del patio). Tan importante como su lanzamiento debe ser, considero, su proceso de distribución y comercialización, a veces fantasmal, desafortunadamente. Mucha mayor propagación habría de tener también los videjouegos cubanos; precisan extender su visibilidad al mercado. Cierro este comentario con algo de veras grandioso: la aparición de Mil preguntas, mil respuestas, la primera Enciclopedia cubana, inspirada en Martí y en Fidel, y concebida para los jóvenes cubanos por indicación del Presidente Raúl Castro Ruz. Sí, sin dudas podemos producir nuestra riqueza.

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