Protesta en Los Ángeles. Madrugada del miércoles. |
El nuevo rey populista está estableciendo su nueva corte ante el asombro de casi todo el castillo político y económico del país, el cual tomó por asalto como resultado de una elección que sacudió al país y al mundo.
El presidente electo Donald Trump se dedicó hoy a integrar a su nuevo gabinete en su hogar en Nueva York, mientras recibía llamadas de felicitación, muchas poco sinceras, de mandatarios extranjeros y políticos nacionales, mientras que el establishment trataba de digerir lo que hace solo unas horas era casi impensable: el multimillonario insurgente derechista será coronado presidente el próximo 20 de enero como resultado de un repudio a las cúpulas de millones de estadounidenses.
Trump será solo el quinto candidato en la historia que gana la presidencia pero pierde el voto popular como resultado del muy peculiar proceso electoral presidencial donde una mayoría del llamado Colegio Electoral, y no del pueblo, elige al presidente. Clinton, quien bajo un sistema de voto directo sería hoy la ganadora, obtuvo un total de 59 millones 813 mil 991 votos de los ciudadanos, mientras que Trump 59 millones, 611 mil 551, pero el republicano superó la meta de 270 votos electorales con un total de 279 (aún faltan resultados completos en tres estados).
Anoche Trump llamó por un país unido y hoy su contrincante demócrata, el presidente y la dirigencia de su partido llamaron a la unidad a nombre de Estados Unidos, los “principios” de esta democracia, a pesar de que el voto manifestó un país profundamente dividido y que reprobaba a ambos contendientes justo por su falta de principios.
Hillary Clinton -quien optó por no aparecer en público anoche ante sus seguidores que habían sido invitados a lo que se pensaba sería una fiesta- llamó hoy a que todos se sumaran al esfuerzo para que Trump sea “un presidente exitoso para todos los estadounidenses”. Reconoció que la derrota “es dolorosa, y lo será por un largo tiempo” pero pidió aceptar el resultado y que Trump será presidente. “Le debemos una mente abierta y una oportunidad para liderear”. En torno a esta campaña dijo lamentar que no ganó la elección por “los valores que compartimos y la visión que tenemos para el país”. Subrayó, como diagnóstico de su derrota, que “hemos visto que nuestra nación está más profundamente dividida de lo que pensábamos, pero sigo creyendo en América y si ustedes también, entonces tenemos que aceptar este resultado”.
El presidente Barack Obama felicitó e invitó a Trump -de quien había dicho que era un candidato “descalificado”- a la Casa Blanca este jueves para iniciar la planeación para el traslado del poder a inicios de 2017, y en su mensaje al país mantuvo la institucionalidad a pesar de que esto fue una grave derrota no sólo para Clinton, sino para su presidencia.
Obama llamó a que Trump mantuviera su nuevo enfoque sobre unidad nacional “ya que eso es lo que necesita el país” como el respeto a sus institucionales e indicó que espera que su sucesor “tenga éxito en unir y encabezar este país” y se comprometió a mostrar al mundo el apego al principio democrático de la “transferencia pacífica del poder”.
Pero Trump y sus partido de inmediato enviaron el mensaje de que con tanta disposición a la “unidad”, procederán a desmantelar los legados no sólo de Obama, sino de la dinastía Clinton. Hoy el líder republicano del senado Mitch McConnell indicó que la cámara alta que controla procederá rápidamente para anular la reforma de salud conocida como Obamacare -la piedra angular del legado del presidente, ya que consideró que esto fue un “compromiso con el pueblo estadounidense”.
Manifestantes en Times Square rechazan el triunfo de Donald Trump, anoche. /Foto Afp |
El equipo de Trump informó que también estaba seleccionado a un juez conservador para nominar al puesto vacante de la Suprema Corte de Estados Unidos. Para muchos, esta contienda tenía implicaciones mayores más allá de la presidencia justo porque el equilibrio ideológico de la Suprema Corte estaba en juego. Con este resultado, estará en riesgo una gama de logros liberales, desde el derecho al aborto a medidas de protección de derechos civiles, incluyendo los derechos gay, entre otras.
Mientras tanto, órdenes ejecutivas emitidas por Obama, incluyendo de protecciones limitadas para inmigrantes, iniciativas para normalizar las relaciones con varios países incluyendo Cuba, y controles sobre armas privadas, y acuerdos internacionales, sobre todo en torno al cambio climático, podrían quedar en riesgo ya que Trump había prometido que serían canceladas durante la campaña..
Trump está seleccionado su gabinete que se encargará de promover e implementar sus iniciativas. Entre los contendientes están integrantes de su equipo de campaña incluyendo el ex legislador Newt Gingrich (posiblemente para relaciones exteriores), y el controvertido ex embajador John Bolton podría estar en esta lista. Otros que se contemplan para puestos en el nuevo gabinete incluyen el senador ultra conservador antimigrante Jeff Sessions, el ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani (tal vez como secretario de Justicia), y el gobernador Chris Christie.
También hay un amplio elenco de ejecutivos multimillonarios, petroleros, y más pero tal vez el puesto más clave por el momento es el encargado de la política financiera.
El misterio de Wall Street
El temor de que suceda esto. |
Según varias versiones, Steven Mnuchin, quien fue el jefe de finanzas de la campaña, y trabajó durante 17 años en Goldman Sachs, y más recientemente como ejecutivo en jefe de una empresa de inversiones Dune Capital Management, está entre los que están contemplados para secretario del Tesoro.
Un banquero de alto nivel en una de las empresas financieras más grandes explicó a La Jornada que en parte esto fue resultado de que ciertos sectores que serían posiblemente adversamente afectados por una presidencia de Clinton -farmacéutica, biotecnología y carbón- ahora están aliviados, mientras que las promesas de Trump de invertir en infraestructura fueron bien recibidas por la industria de la construcción y equipo pesado, y a la vez, se espera que Trump anulará una serie de regulaciones y normas ambientales y laborales que también beneficiarán a varias industrias, sobre todo el sector de energéticos.
Entre un posible ejecutivo de Wall Street en el gabinete y las promesas de desregularización, al parecer, en el casino económico, la casa nunca pierde.
No se sabe si Trump -famoso por colocar su nombre en letras preferiblemente doradas sobre todas sus propiedades además de rentar su apellido para otros edificios y campos de golf- ahora lo colocará sobre la entrada a la Casa Blanca. (Tomado de La Jornada)
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