Mujer de 32 años muere frente al hospital de México DF donde le negaron atención

Autoridades hacen acto de presencia para el levantamiento del cadáver de Guadalue Ramírez, quien murió frente al hospital donde se negaron a darle atención.

Cuesta creer que estas cosas aún ocurran en pleno siglo 21. Pero más chocante nos resulta a los cubanos, acostumbrados a las bondades de un sistema de atención de salud gratuito y humanista y en el que situaciones como las que a continuación se describen en una escena dantesca dejaron de ser vistas en este país hace ya 56 años:
"Una mujer ha perdido la vida en México DF en la calle frente al hospital que pocos minutos antes se negó a atenderle y no le facilitó una ambulancia para poder llegar a otro centro médico, según informa el diario El Universal".
Guadalupe Ramírez Vizcaína fue llevada por familiares en silla de ruedas al hospital materno infantil Dolores Sanz para someterse a su tratamiento de hemodiálisis, pero los facultativos se negaron a tratarle porque se encontraba grave y estimaron que no podrían estabilizarle.
Sentada en su silla de ruedas, la mujer falleció en la calle Estrella y allí permaneció muerta al menos dos horas.
"Ya había pagado su hemodiálisis, fueron 900 pesos, la pasaron hacia otra sala pero al verla me dijeron que la llevara a otro hospital, que me fuera al Hospital General porque ellos no podían atenderla", ha relatado la prima de Ramírez, antes de preguntarse por qué si la vieron tan grave, no solicitaron una ambulancia para su traslado.
El hospital devolvió el dinero de la hemodiálisis a los familiares, que se llevaron a la enferma hacia la salida, donde se dieron cuenta de que Guadalupe, de 32 años, ya había fallecido. "La sentí fría adentro, ya estaba inconsciente y así nos pidieron que nos fuéramos, pero yo creí que todavía respiraba. Cuando llegamos a la calle fue que pedimos ayuda porque ya no se movió", aseguró la prima.
Según la nota, el suceso comenzó en Valle de Chalco, donde las mujeres tomaron un taxi y por segunda vez acudieron al tratamiento de hemodiálisis de la paciente, que padecía diabetes e hipertiroidismo. En el camino, la enferma se mostró inestable. "La vi bien, no hablaba mucho pero traía los ojos abiertos. Yo la bajé y la senté en la silla de ruedas y estaba viva", ha comentado el taxista, que ha apoyado a las jóvenes mientras esperaban en levantamiento del cadáver y realizaban su denuncia contra el hospital.
Minutos después de la muerte de la mujer, el hospital ha seguido con sus actividades pero al ver a las autoridades y a los medios de comunicación han cerrado las puertas y no han atendido a más pacientes. La vigilante del centro médico ha explicado que este mismo procedimiento se sigue con los pacientes que llegan en condición grave.
"Eso se hace con todos los pacientes delicados, aquí no se les puede hacer nada... La señora no tenía cita y las enfermeras de hemodiálisis la vieron muy mal por eso la mandaron al Hospital General", ha dicho la guardia.
Cuan distinto el actuar de instituciones y médicos en Cuba, donde muchas veces aun faltando los recursos esenciales a consecuencia de la inhumana política de bloqueo que todavía mantiene Estados Unidos contra la Isla, se lucha a brazo partido por la vida de un ser humano mientras haya un hálito. Ello sin contar que a nadie se le cobra un centavo por ello.