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lunes, 15 de agosto de 2011

Baracoa: aunque pequeña, siempre la primera en el tiempo (+ Fotos y Vídeos)


Pedro Quiroga Jiménez (*)

De las múltiples regiones de interés histórico, turístico y cultural en Cuba, Baracoa resalta como destino exótico. Su toponímico es de origen aruaco y significa "existencia del mar" (bara: mar; coa: sufijo de existencia).
La también conocida como Ciudad Paisaje o de las Aguas, en el extremo nororiental de la Isla, celebra este lunes 15 de agosto sus 500 años de fundada, allí, donde el paso de los siglos ha dejado, casi intacta, la huella del antepasado aborigen y la civilización europea.

Desde La Habana, el viaje por carretera demora unas 20 horas, pero el traslado en avión acorta la distancia y facilita una rápida conexión con el mundo baracoense, envuelto por macizos montañosos con una exuberante vegetación de bosques vírgenes, cargados de flora y fauna endémicas.
A unos 990 kilómetros al noreste de la capital, la Ciudad Primada de Cuba impactó al almirante Cristóbal Colón cuando, el 27 de noviembre de 1492, avistó su hermosa costa y escribió en su diario de navegación:
"la más hermosa cosa del mundo; andando por ella fue cosa maravillosa ver las arboledas y frescuras, y el agua clarísima, y las aves y amenidad, que dice que le parecía que no quisiera salir de allí".
Fue el propio Colón quien pronosticó las posibilidades de la región para fundar una villa o ciudad fortificada, "por el buen puerto, sus buenas aguas, comarcas y muchas leñas".
Aquella visión se hizo realidad cuando el adelantado Diego Velázquez fundó, el 15 de agosto de 1511, la que entonces nombró Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, convirtiéndola así en la primera villa y capital cubana; años después, adquirió la condición de ciudad y obispado.
En Baracoa comenzó el primer vínculo entre españoles y aborígenes, y se introdujeron las estructuras hispánicas en la economía, la cultura, la religión y la forma de gobierno, entre otros aspectos. Fue allí, sin dudas, donde se inició el proceso constructivo de la nacionalidad cubana.
Hoy constituye una de las 10 municipalidades de la más oriental de las provincias, Guantánamo, con una extensión de 97 mil 600 hectáreas y una población de 81 mil 755 habitantes (de ellos, 41 mil 17 en la zona urbana, donde este domingo fueron inauguradas varias obras sociales), cuyo promedio de edad es de 28 años y la esperanza de vida supera los 73 años.
Conocida por las tres cé: coco, cacao y café, posee un relieve predominantemente montañoso (95 por ciento) formado, además, por una estrecha llanura costera y zonas bajas inundables, asociadas con los valles de numerosos ríos, entre ellos el Duaba, Miel, Macaguanigua, Quiviján y Toa, este último el más caudaloso del país; sin excepción, resultan privilegiados por aguas cristalinas y puras, libres de contaminación.
Investigadores cubanos y extranjeros coinciden en la importancia para las ciencias naturales por su alto endemismo de flora y fauna. De las cuatro especies de palmas reales (árbol nacional) existentes en el país, tres se divisan por aquellos lares: la palma criolla azul (Roystonea Violácea), la palma clara (R. Stellata) y la palma seda (R. Lenis).
En cuanto a la fauna, cohabitan dos de las especies de vertebrados cubanos en peligro de extinción: el almiquí (Solenodon Cubanus) y el gavilán caguarero (Chondrohinax Milsoni).
La polymita picta es otra joya de la región; los malacólogos la consideran el molusco terrestre más hermoso del universo por presentar uno de los casos de polimorfismo cromático más notables de cuantos han podido estudiarse en el reino animal.
Tras cinco siglos de fundada, Baracoa conserva los inigualables paisajes descritos por Colón. La ciudad mantiene el trazado urbano fundacional y la arquitectura vernácula de madera.
Las manifestaciones danzarias y musicales, entre las que destacan el Kiribá-Nengón, perviven en estado puro y forman parte incuestionable del sentimiento popular.
La cultura culinaria mantiene su sello distintivo con el famoso cucurucho (dulce de coco envuelto en yagua de palma), devenido símbolo de la ciudad junto con la bola de cacao, el bacán, el frangollo o el tetí, un diminuto pececillo de exquisito sabor que solo aparece en las aguas marinas de la costa baracoense.
Este 15 de agosto será una fecha de jubileo y alegría para los primados. Primados, sí, porque es un gentilicio exclusivo y propio de quienes han tenido la dicha de nacer y vivir en aquella tierra, cuyo escudo aún consigna: "Aunque soy la más pequeña, siempre seré la primera en el tiempo".

(*) El autor es periodista de la agencia Prensa Latina.




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