Traducir esta página

English Russian Italiano DeutschPolonia Français Portuguese Chino Japones Arabe Sueco Noruego Corea

miércoles, 16 de abril de 2014

Raúl Garcés: Por un periodismo más cercano a la opinión pública

"Lo importante es que los jóvenes participen y sientan que lo
que hacen tiene una incidencia en la toma de decisiones y
en el mejoramiento de la sociedad", expresó Raúl Garcés
en reciente entrevista
Rosa Fernández

No me gusta escribir sobre prensa en Cuba. Menos sobre la prensa hecha por los jóvenes en Cuba pero hace casi un mes coincidí en espacio físico con Raúl Garcés Corra, (periodista, Doctor en Ciencias de la Comunicación, profesor, actual decano de la Facultad de Comunicación y moderador de la Mesa Redonda Internacional de Telesur) y conversamos sobre el periodismo joven cubano a propósito del 9no Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).
Cada curso que pasa, nacen, incubados durante cinco años en las Facultades de Comunicación del país, nuevos periodistas. Jóvenes que albergan una esperanza, un sueño y una idea, que en este caso es la de hacer periodismo, la de investigar, la de opinar, la de decir eso que nadie dice; el ideal de sentir que están, que forman parte y son escuchados.
A casi un año de apagados los micrófonos que hablaron en el 9no Congreso, la prensa sigue exigiendo renovarse y se pregunta ¿Ya llegamos? ¿Falta mucho? ¿Qué hay que hacer?  ¿En qué tenemos que cambiar?...

El pueblo, sigue necesitando reconocerse en los medios de comunicación y solo de esta manera nuestra prensa saldrá de una crisis que no termina por decreto y lograremos que los jóvenes periodistas quieran también defender su profesión desde los medios.

¿Cambios?

El cambio más importante que se ha visto en los medios luego del Congreso de la UPEC, ha sido generar un movimiento en la red que contribuya a articular un discurso mucho más maduro, acertado, auto reflexivo, en torno a esta práctica profesional y ya eso es un gran adelanto.
Todo retroceso es cruel, pero ningún proceso de cambio se construye sobre la base de la certeza. El cambio se construye todos los días y depende de nuestras fuerzas y de las fuerzas que están pugnando, compitiendo, entrelazándose dentro de un contexto social, para hacer muchos cambios. Hay muchas mediaciones que pueden conspirar para retrasar o catalizar el cambio.
En la medida que el diseño de nuestra sociedad y en la medida que el diseño de nuestro socialismo sea más permisible, en el sentido que sea más consistente, que  implique un cambio estructural mucho más asentado, la prensa participativa a la que nosotros aspiramos, la prensa que queremos se convierta en una plataforma de discusión, será también más consistente y será un modelo de comunicación más acertado.
Yo veo señales de que este cambio es consistente. Yo veo señales de que este cambio tiene posibilidad de echar raíces, porque somos otra sociedad, porque ha cambiado todo, ha cambiado la audiencia (puede que nosotros no digamos algo y que lo diga al día siguiente un blog o que todos se lo intercambien a través de las redes sociales o por memorias flash).
Ha cambiado también el emisor, hoy el emisor puede ser el receptor y el receptor puede ser el emisor. Ha cambiado también la manera de construir el mensaje que es cada vez menos mediático y tiene que ver más con una visión integrada, más multimedial pues depende de la integración de todos los mensajes en nuevas plataformas.
En este contexto en que estamos, en un contexto donde también está ocurriendo un cambio social y económico yo creo que el país se da cuenta de que necesita un sistema de comunicación que sea mucho más funcional y en ese sentido creo que se pueda avanzar en cambios mucho más consistentes que los que se han generado hasta el momento.

¿Qué no se ha logrado?

Que todo eso se revierta en una mejor prensa. Hay señales de que puede hacerse, a partir de un mayor respaldo de las fuentes, de la batalla contra el secretismo, de la evidente aparición de espacios que tienden a abrirle oportunidad a la polémica.
En los espacios de debate público, en el lapso de una hora se pueden recibir 40 o 50 llamadas como expresión de que las personas confían en la prensa como una plataforma de discusión y solución de la realidad —hasta donde le corresponde—, pues como diría Marti refiriéndose a la misión de la prensa en el periódico Patria, "a la prensa lo que le corresponde es alertar y aconsejar".
Debemos ver cómo convertir todo esto en una cultura comunicacional, mucho más propensa al cambio, a un periodismo mucho más cercano a la voz de la opinión pública, más heterogéneo en cuanto al tipo de entrevista, al contraste de las fuentes, pero en todo caso eso es un proceso gradual.
Debemos aspirar a un sistema de prensa donde haya un parecido entre la sociedad que somos y la sociedad que reflejamos. Nosotros somos un país simpático que no puede darse el lujo de tener una prensa aburrida. Somos un país donde todo el mundo habla de todo, que no puede darse el lujo de que solo algunos hablen de algo.
Hay que buscar una prensa que responda también a nuestra idiosincrasia. Necesitamos generar una prensa que sea contra hegemónica, que tenga una prevalencia del papel del Estado y su administración y su gerencia,  sin excluir otras formas de gestión en forma de propiedad que están emergiendo.
Existen diversas características que son emergentes en la sociedad cubana que seguramente tendrán su expresión en un sistema de comunicación. Probablemente hace 30 años hubiera dicho características ideales de un modelo de prensa que no son las que digo hoy.
Las condiciones ideales van cambiando porque lo ideal no existe, es una construcción y depende de nosotros.

¿Cómo debe ser la prensa cubana?

La prensa cubana tiene que ser una plataforma de discusión de un proyecto de país. La prensa  que queremos tiene que tener tanto información como polémica, en medio de nuestras condiciones, que son muy difíciles, de confrontación ideológica, por el síndrome de plaza sitiada que hemos acumulado a través de los años a costa del enfrentamiento al peor enemigo que se puede tener.
En medio de condiciones muy difíciles, de infraestructura precaria, falta de dinero para la producción —pues la prensa precisa una buena inversión poligráfica— se han abierto muchas posibilidades a través de la prensa digital, a través de las redes sociales, a través de otros espacios, para lograr una comunicación mucho más plural y que sea mucho más cercana a los intereses de todos.

¿Ley de prensa?

Las leyes no solo deben basarse en criterios excesivamente leguleyos —sin sentido peyorativo— todo lo  contrario, sino a una interpretación jurídica de un contexto.
Entonces, ¿en qué nos puede ayudar una ley? En proveernos de un marco jurídico que ayude a regular la relación entre fuente y medios de prensa, entre fuentes y periodistas, entre ciudadanos y periodistas, entre ciudadanos y directivos y en veinte cosas más, pero una ley por sí sola no cambia la sociedad. Hay determinadas circunstancias y mediaciones que retrasan o no el cumplimiento de una ley.
Además de una ley nosotros tenemos que dar la batalla por otra cultura comunicacional que involucre a toda la sociedad, que involucre a la opinión pública y que la convierta cada vez más en una ciudadanía activa, una ciudanía que es capaz de reclamar sus derechos, que es capaz de exigirle a la prensa que dé respuestas a sus demandas, que es capaz de participar en el debate en torno al proyecto de país que soñamos.
Una prensa que sea cada día más profesional, que sea capaz de ser protagonista de una producción comunicativa que refleje los intereses de la sociedad.
Al mismo tiempo los servidores públicos deben ser conscientes de que tiene que rendir cuentas desde sus cargos. A estas personas quizás haya que prepararlas para enfrentarse a una entrevista.
No hay porqué pensar que todo el mundo tiene competencias comunicativas para enfrentarse a la prensa y lejos de burlarnos de estas personas, que no es el objetivo de un sistema como el nuestro y de un tipo de periodismo que está lejos de ser sensacionalista, hay que capacitarlos y hay que prepararlos para que su voz sea proyectada de la manera más argumentada y más convincente y puedan presentar un discurso a la sociedad que sea consistente y que ayude —no que haga daño— que ayude la sociedad a que avance.

¿Blogs, internet, redes sociales…?

Ver las redes sociales como una exclusión, es un error. Cada día me convenzo más que mi comunicación con un sector generacional importante tiene que existir a través de las redes sociales y no desaprovecho el espacio, porque desaprovecharlo sería suicida.
Existen un montón de blogueros y de muchachos en las redes sociales, que perfectamente estarían dispuestos a integrarse a un medio de prensa, si tuvieran la oportunidad, de hecho mucho de ellos están integrados.
Es un error y más un error político, establecer fracturas, diferencias y  abismos, porque ellos buscan el camino, buscan realizarse profesionalmente y si sienten que en las redes sociales, Twitter, Facebook y blogs, pueden realizarse profesionalmente, van a hacerlo.
Pero si sienten que en los medios de prensa tradicionales, en la prensa, en la radio, la televisión, pueden realizarse profesionalmente, van a hacerlo también.
Hay que entenderlo como una evolución natural, no como el resultado de —los jóvenes para un lado y los menos jóvenes para otro— sino, todos, en el camino de construir un sistema de comunicación pública que sea funcional al desarrollo de la sociedad.
No solo en las Redes sociales, en todo. Si los muchachos de la Muestra de Jóvenes realizadores creen que su espacio de realización personal está con una cámara en la mano firmando cómo está el transporte público en Cuba, —que lo hagan— y si creen que su  futuro está en hacer documentales, —que lo hagan—, si los muchachos de la FAMCA creen que su futuro está haciendo videos clips en forma de crónica de la realidad,—que lo hagan—.
Lo importante es que los jóvenes tengan posibilidad de participar, se sientan participando y sientan que lo que hacen tiene una incidencia en la toma de decisiones y tiene una incidencia en el mejoramiento de la sociedad.
Debemos lograr juntar estos medios, —que no sea,  unos de los medios alternativos, otros de los medios tradicionales—. Yo estoy seguro de que si muchos de estos jóvenes tuvieran la posibilidad de ir a la Mesa Redonda, o descubrir el encanto de la  radio, encontrarían  la posibilidad de decir mucho.
Yo sueño que Silvio Rodríguez,—que no es periodista— pero es uno de nuestros mejores poetas pueda publicar uno de sus post en un periódico nacional, pues estos son perfectamente compatibles con el propósito de la prensa cubana, de mejorar la sociedad.
Yo creo que es un problema cultural, un problema infraestructural, de cómo avanzar a un sistema de comunicación pública que sea capaz de integrar diferentes plataformas, diferentes medios, pero se podría dar , —sobre la base de la calidad de la producción comunicativa—, de su discurso, de su reputación intelectual, de la capacidad de producir discursos suficientemente analíticos, argumentados, serenos, constructivos, que ayuden a mejorar o a construir. (Tomado de Cubasi)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscar este blog