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miércoles, 15 de agosto de 2012

Pedraplén Caibarién-Cayo Santa María: Una obra sin parangón (+ Galería)

Héctor R. Castillo Toledo

Sólo la entereza de hombres de la misma talla de aquellos que bajo el mando de los Comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara realizaron la marcha final que dio al traste con la tiranía de Fulgencio Batista en diciembre de 1958, y la visión larga, muy larga de un Fidel que se conoce el archipiélago cubano hasta en sus más recónditos sitios, hicieron posible cumplir la proeza.
Unir los cayos de la costa norte villaclareña con tierra, abriendo un camino de piedras sobre el mar y sin afectar prácticamente en nada el medio ambiente, casi paradisíaco, parecía cosa de locos.
Pero en cuestión de poco más de siete años de actividad (descontadas las paradas forzosas por falta de recursos en los años más difíciles del período especial), las brigadas de constructores que componen el Contingente Campaña de Las Villas cumplieron la palabra empeñada y se hizo realidad el anhelo: concluir el pedraplén Caibarién-Cayo Santa María.
Necesitada de explotar la llamada industria sin chimeneas, y salvado ya el único valladar que lo impedía, el mar, la cayería norte del centro de Cuba se convertía en escenario imprescindible para conquistar aquel sueño prematuro, que inspiró la formación del Polo Turístico Jardines del Rey, a lo largo de un fabuloso circuito de más de 170 kilómetros de playas y paisajes naturales vírgenes, que constituyen una opción única en los destinos turísticos de la geografía mundial.
Sitio abierto al visitante, cubano o extranjero, permite disfrutar de las más hermosas vistas que humano alguno pueda imaginar, sin contar el sobresalto de vivir la experiencia de recorrer casi medio centenar de kilómetros de viales y puentes sobre el mar, partiendo desde un punto a pocos kilómetros de la ciudad pesquera de Caibarién hasta el cayo Santa María, pasando antes por sus similares Las Brujas y Ensenacho, así como los pequeños islotes de Cobos, Fragoso, Majá, Francés, Las Picúas y Español de Adentro. (Ver mapa)
Acompañado de la familia y amigos de toda la isla desde Ciego de Ávila hasta Pinar del Río, hace apenas unos días tuve la segunda oportunidad de recorrerlo, como parte de una excursión que organiza el plan vacacional del hotel villaclareño Brisas del Capiro. Aquí les dejo algunas fotos de mi autoría, otras tomadas de internet que permiten tener una clara visión de esta monumental inversión, merecedora en el bienio 1998-2000 del renombrado Premio Puente de Alcántara a la mejor obra civil iberoamericana.
Recomiendo no dejar de pinchar los enlaces, donde el lector encontrará los detalles de este singular vial sobre el mar, y que obvio en el afán de no hacer demasiado extenso el relato.


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