Al finalizar su alocución, luego de dar a conocer al mundo que Osama Bin Laden estaba muerto (cosa sabida aunque muchos ya la califican como la Noticia del Año), el señor Presidente de los Estados Unidos y Premio Nóbel de la Guerra (perdón, quise decir, de la Paz), se sintió eufórico y con aires de Superman. Según fuentes fílmicas bien informadas, vean cómo hizo su entrada al despacho contiguo a la sala de conferencias.
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