Alan Gross (izq.) a su llegada al tribunal en marzo de este año. |
Según la agencia española EFE, el Departamento de Estado anunció que representantes de la Sección de intereses de EEUU en Cuba acudirán a la vista de apelación de Gross el 22 de julio.
“Sus abogados han apelado su sentencia y la vista del Tribunal Supremo del 22 de julio es el siguiente paso”, dijo en una nota la oficina de Victoria Nuland, portavoz del Departamento de Estado.
El Departamento de Estado confirmó que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Cuba (MINREX) informó a través de una nota diplomática a la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba que la vista de apelación de Gross se celebraría el 22 de julio en La Habana.
Asimismo, agregó la portavoz que Estados Unidos continuará “usando todos los canales diplomáticos para presionar (sic) por la liberación de Gross y que pueda reunirse con su familia”.
El "contratista", de 61 años, fue detenido en La Habana el 3 de diciembre del 2009 por distribuir tecnología a una comunidad judía, afirma equivocadamente EFE en su texto. De hecho, varios portavoces de instituciones judías han denegado este supuesto “aporte” de Gross alegando contar ya con abundantes medios de comunicaciones.
Gross trabajaba para la empresa Development Alternatives (DAI), una subcontratista de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) que se dedica a “labores de desarrollo en otros países”, a menudo una cobertura para infiltrar a agentes de inteligencia estadounidense.
La USAID gasta decena de millones de dólares desde años en operaciones de subversión y desestabilización contra Cuba –con fuerte sabor a espionaje– cuyo contenido detalla en su propio sitio web.
Lo que no dice EFE, es que en Cuba Gross cumplió su misión de la USAID y distribuyó a sus “contactos” equipos BGAN, una tecnología que trabaja fuera del control del sistema estatal de supervisión de las comunicaciones, algo ilegal en la mayoría de los países.
Cada terminal BGAN funciona como un punto WiFi de acceso inalámbrico a Internet. Gross traía además celulares Blackberry y minicomputadoras.
Según especialistas, cada BGAN cubre un área de media milla a una milla y se puede conectar de 25 a 30 máquinas a cada punto.
Mientras Gross estaba montando sus terminales BGAN, otros operativos pagados por el Gobierno de Estados Unidos trataban de establecer grupos separados de 10 BGAN cada uno.
El pasado marzo se celebró en el Tribunal Provincial Popular de La Habana el juicio contra Gross, donde resulto condenado a quince años de prisión por participar en un “proyecto subversivo del Gobierno de Estados Unidos” contra Cuba mediante el uso de sistemas de comunicaciones, dice EFE.
Según la complaciente agencia española, Washington ha exigido a La Habana “en numerosas ocasiones (...) aunque sin éxito” su liberación “inmediata”, tanto de manera “directa y pública como indirectamente a través de personalidades” como el ex presidente Jimmy Carter, quien visitó Cuba el pasado 30 de marzo. (Tomado de Contrainjerencia)
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