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miércoles, 27 de julio de 2011

Investigan por sobornos a congresista promotor de enmienda para restringir viajes a Cuba

David Rivera, congresista republicano por
el distrito No. 25 del estado de Florida.
El congresista cubanoamericano David Rivera, figura célebre en las últimas semanas por resultar el promotor de una de dos enmiendas aprobadas por la Cámara de Representantes hace una semana para restringir los viajes de compatriotas suyos a la Isla, es investigado por sospechas de recibir sobornos, delito por el cual podría incluso ser llevado ante un Gran Jurado, según revelaciones del analista político Roger Stone.
En su cuenta de la red social Twitter, Stone afirma que “Un Gran Jurado toma testimonio sobre el congresista David Rivera, dos mujeres cabilderas y el Flagler Race Track en una operación de soborno”.
Rivera, republicano y dueño de un escaño desde enero en representación del distrito congresional No. 25, que se extiende desde el oeste de Miami-Dade al condado de Collier, es autor de la enmienda de segundo grado a la Ley 2583 sobre viajes al exterior, para el año 2012, adoptada por 36 votos a favor -13 de ellos demócratas- y seis en contra la pasada semana en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara, órgano que preside la también congresista cubanoamericana y acérrima enemiga de la Revolución, Ileana Ros-Lehtinen.
Según Radio Miami, emisora de emigrados cubanos partidarios de poner fin al bloqueo a Cuba, en predios del Capitolio se estima que la investigación por soborno y corrupción ya debe estar a la vista de un Gran Jurado.
De acuerdo con la versión, serán llamados a declarar el representante Rivera y otras personas envueltas en ilegalidades para otorgar una licencia de casino de juegos a la empresa Flagler Race Track, propietaria de un canódromo en Miami.
Los investigadores federales están examinando los pagos no revelados de la referida empresa de juegos de azar de Miami a una empresa vinculada al congresista republicano.
Agentes del FBI y del Servicio de Renta Interna (IRS) han comenzado a entrevistar a personas al tanto de un contrato de consultoría de $1 millón entre el Canódromo de Flagler -ahora conocido como Casino Magic City- y la Millennium Marketing, una compañía de la que son copropietarias la madre de Rivera, Daisy Magarino, de 70 años de edad, e Ileana Medina, asociada empresarial de ésta.
La participación del IRS y las preguntas que han formulado los agentes apuntan a que el congresista cubanoamericano es objeto de una investigación sobre evasión de impuestos.
Los agentes federales han programado entrevistar en las próximas semanas a Lori Weems, una cabildera y abogada que redactó el borrador de consultoría a la vez que representaba al Casino Magic City. A principios de este año, agentes del FBI entrevistaron también a Esther Nuhfer, cabildera y consultora política de Miami con estrechos vínculos con Rivera.
Radio Miami recuerda que Stone se presenta como analista político de derecha, republicano, conservador y “reaganista” (seguidor de Ronald Reagan).
En medios de la emigración cubana en Estados Unidos el escándalo que envuelve al congresista ha adquirido particular atención por cuanto Rivera es promotor de una de dos enmiendas presentadas en el Congreso para restringir los viajes a Cuba.
La propuesta, de ser aprobada, también limitaría los envíos de remesas de dinero de esa comunidad a 300 dólares cada trimestre, tal como impuso el presidente George Bush, medida posteriormente eliminada por Barack Obama.
Esa decisión de Obama fue recibida entre los emigrados cubanos como un paso de avance hacia la normalización de los vínculos con sus familiares, si bien no afectó las bases del bloqueo a la isla ni la prohibición a los estadounidenses.
Esta semana un comunicado del gobierno de Estados Unidos aclaró que se mantiene intacta la política históricamente restrictiva de Washington en relación con los viajes turísticos de estadounidenses a Cuba.
En una nota pública, el Departamento del Tesoro precisó que “la flexibilización para viajes educativos y culturales de ciudadanos norteamericanos a Cuba no puede interpretarse como una promoción del turismo hacia la isla”.
En respuesta a versiones sobre una apertura de los viajes, el aviso aclaró que se otorga licencias para algunos programas de intercambio educativo, los autorizados están sujetos a límites de gastos diarios y se les prohíbe el ingreso de souvenirs u otros bienes cubanos.
Además de la enmienda promovida por Rivera para limitar los viajes de los cubanos, el Congreso analiza otra propuesta similar de su colega Mario Díaz-Balart, ambos representantes republicanos de origen cubano.

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