Desde que amaneció el domingo 14 de agosto, en Baracoa el cielo presagiaba la lluvia. Esto hizo que los pobladores se preguntaran con preocupación si la gala por el 500 aniversario de la fundación de la ciudad, a celebrarse a las 11 de la noche, sería otra de las festividades baracoesas que se vería marcada por alguna contrariedad de último minuto, o lo que es lo mismo, como consecuencia de la maldición del "Pelú".
Sin embargo, en el transcurso del día el cielo se despejó y los habitantes se sumaron alegres a los festejos. Veamos qué hay de cierto en la famosa leyenda, una entre muchas de las que atesora esta bella ciudad atrapada entre las montañas y el mar, y que hoy cumple la mitad de su primer milenio de vida.
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