Al menos seis detenidos y siete heridos leves fue el saldo que dejó este miércoles la represión policial efectuada en España contra los manifestantes que se pronunciaron en favor y en contra de la visita del Papa Benedicto XVI y que fueron desalojados por la fuerza de la emblemática Puerta del Sol y la Plaza Mayor en Madrid.
Así lo confirmó la corresponsal de TeleSUR en ese país país europeo, Hilda Salas, que en su reporte de las 02H03 horas locales del jueves (00H03 GMT) precisó que la cifra del balance fue anunciada por fuentes policiales.
La manifestación pacífica, convocada por más de 140 organizaciones sociales, fue reprimida por la policía. Los uniformados lograron desalojar la emblemática plaza Puerta del Sol obligando a los activistas a permanecer en calles aledañas. En días pasados, la policía también utilizó el argumento de la visita del Papa para retirar por la fuerza a los indignados del Movimiento 15 de Mayo (15M) de ese espacio público.
Los convocantes de la marcha insistieron en que no se trataba de una manifestación "antipapa", pero sí que se oponen a que se empleen fondos públicos en una actividad religiosa, como la visita papal, que consideran de la esfera privada.
En entrevista exclusiva con TeleSUR, el catedrático Juan Carlos Monedero afirmó que el Papa Benedicto XVI representa a una iglesia católica retrógrada que restringe la libertad y la democracia de la población, y aseveró que “por esta razón gran parte de la sociedad española rechaza” los excesivos gastos de su “visita”.
El profesor español expresó que El Papa Benedicto XVI representa a "una iglesia que dificulta la vida de las mujeres" que "no tolera la libertad sexual" y también indicó que con la protesta, la sociedad española "decide expresar que con nuestro dinero no está dispuesta a exaltar a un Estado homófobo" como es el Vaticano.
Asimismo consideró que "es absolutamente evidente que la sociedad española ya no es católica" y que la iglesia sólo esta apoyada en España por "la monarquía católica" que "es la que permite diferencias de clase".
Pese a estas posiciones, miles de peregrinos viajaron a España -con beneficios monetarios otorgados por el Gobierno ibérico- para recibir al Pontífice, al que consideran un digno representante de la religión católica y la fe.
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