Un tribunal militar de EEUU inició en la ilegal base militar que mantiene en el territorio cubano de Guantánamo, enclave ahora convertido en cárcel, el juicio contra Abd al Rahim al Nashiri, supuesto terrorista de Al Qaeda, quien podría ser sentenciado a muerte.
Al ciudadano saudí, originario de Yemen, se le atribuye el ataque en el año 2000 contra el navío de guerra USS Cole, un atentado dinamitero en el que resultaron muertos 17 marinos estadounidenses.
Tras los reproches por el secretismo de estos juicios, el Pentágono permitió su retransmisión pública, aunque con restricciones.
Se trata de la primera audiencia desde que el presidente Barack Obama restableció las "comisiones militares" y el primer juicio en el cual la fiscalía busca la pena de muerte.
Los abogados que defienden al supuesto terrorista cuestionaron su procesamiento ante el tribunal militar y criticaron algunos de los métodos de la fiscalía en el caso.
La prisión militar para supuestos terroristas fue inaugurada hace casi una década en esta ilegal base naval que mantiene Estados Unidos en suelo de la Mayor de las Antillas contra la voluntad del pueblo cubano. Los 171 hombres que aún permanecen en ella tienen un futuro incierto. Hace un año, el Congreso restringió cualquier gasto público destinado a llevar más reos de Guantánamo a EEUU. Pero el pasado mes de marzo, la Casa Blanca dio marcha atrás y anunció la reanudación de las comisiones militares a presos de Guantánamo.
La primer audiencia en el 'Campo Justicia'
Al Nashiri, de 46 años, es el primero de los presos de Guantánamo que comparece en la nueva sala de tribunal militar, ubicada en un gran edificio negro en un predio rodeado por alambradas de casi cuatro metros de altura, que ha sido bautizado como 'Campo Justicia'.
El acusado aparece en público por primera vez desde que su encarcelamiento hace casi diez años. Al Nashiri no hizo ninguna declaración y negó los cargos que pesan contra él. El juez de su caso es el coronel James Pohl, quien le preguntó si estaba satisfecho con sus cuatro abogados civiles y militares, a lo que el acusado respondió afirmativamente.
Al Nashiri llevaba el pelo corto, estaba bien afeitado, tenía un aspecto saludable y sonrió cuando Pohl le preguntó qué idioma hablaba y si necesitaba intérprete. El acusado confirmó al juez que asistía a la audiencia con el uniforme de prisionero y no con ropas civiles, por decisión propia.
Los cargos del procesado son entre otros traición y perfidia, homicidio en violación de las leyes de guerra, actos terroristas y conspiración para la comisión de actos terroristas. En caso de ser encontrado culpable le espera la pena de muerte.
Según EEUU, Al Nashiri fue el autor intelectual del ataque contra el destructor estadounidense USS Cole el 12 de octubre del 2000 en el puerto yemení de Aden. Los terroristas detonaron un bote lleno de explosivos, acción que causó la muerte de 17 marinos y heridas a 35 más. Los cargos por conspiración se refieren, según el gobierno estadounidense, a la colaboración de Al Nashiri con el entonces jefe de Al Qaeda, Osama bin Laden y su sucesor Ayman Al Zawahiri entre los años 1996 y 2002.
Al Nashiri era considerado un alto dirigente de Al Qaeda antes de los ataques del 11-S y fue capturado en Dubai por la Agencia Central de Inteligencia en el 2002 y mantenido en prisiones secretas de la CIA hasta su traslado a Guantánamo en el 2006.
Ya investido presidente, Barack Obama anunció entre sus primeras promesas el cierre de la polémica prisión, sin embargo, transcurridos casi tres años de su mandato todo sigue igual en el enclave, considerado por muchos como un símbolo de la prepotencia yanqui frente al reclamo de Cuba de la devolución de esa parte del territorio nacional ilegalmente ocupado.
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