Lúcido hasta la hora de su muerte, Marrero ostentaba el récord de ser el exjugador de Grandes Ligas más longevo con vida, distinción que ahora queda en poder de Mike Sandlock, de 98 años.
El guajiro de Laberinto, como era conocido, llegó a la Gran Carpa en 1950, cuando firmó por los Nacionales de Washington a la edad de 39 años.
Durante su carrera en las Mayores, Marrero ganó 39 partidos y perdió 40, además de exhibir promedio de efectividad de 3.96 y registrar 297 ponches en cinco temporadas.
En 1951 recibió la invitación al Juego de las Estrellas, aunque finalmente no pudo asistir.
En una ocasión, el legendario Ted Williams dijo, al referirse a Marrero, que "es la excepción de la regla, no es muy frecuente para un pitcher saltar de una liga de clasificación inferior, como la Liga Internacional de la Florida, a las Mayores y triunfar de sopetón".
 |
| Marrero también vistió la franela del Cienfuegos. |
Y no es frecuente tampoco esperar mucho de un lanzador que tenga solo cinco pies, siete pulgadas de estatura y pesar nada más que 158 libras. La tendencia es ignorar los lanzadores que no sean corpulentos y que no puedan tirar muy duro; Marrero desafía todas las reglas, agregó.
En 1998, el entonces secretariado general de la Central de Trabajadores de Cuba, Pedro Ross, le otorgó a Marrero la Orden Lázaro Peña de Primer Grado, distinción nunca antes concedida a ningún pelotero del país.
Más adelante, en 2003, lo condecoraron con el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba. Y en la encuesta popular realizada en 2001 fue seleccionado entre los 100 mejores deportistas cubanos del siglo XX.
Además de los Senadores de Washington, Marrero también defendió las franelas del Cienfuegos, Almendares, Marianao y Habana, en el béisbol profesional de Cuba, y de los Indios de Juárez, en la liga mexicana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario