De un lado Cuba permite el fichaje de peloteros y otros atletas con clubes profesionales extranjeros. Del otro, Estados Unidos aplica las restricciones del bloqueo y alienta las deserciones. |
Antes del anuncio oficial del pasado día 27 en el diario Granma, donde se especifica que el atleta de alto rendimiento es aquel que, entre otros postulados, "cumple sus compromisos con los equipos nacionales y tiene la posibilidad de contratarse en otros equipos en el exterior, protegido por el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) y las Federaciones Deportivas, sin ser tratado como una mercancía", ya habían incursionado en una primera aproximación -y no todas con un desenlace feliz-, también en el béisbol mexicano, los peloteros Michel Enríquez, Yordanis Samón y Alfredo Despaigne, entre tanto se negociaban nuevos acuerdos en otras ligas, incluidas las asiáticas, y quedaban abiertas las puertas a la de cualquier otra nación donde nuestros jugadores pudieran demostrar su alta competitividad.
La noticia le dio la vuelta al mundo, vista con buenos ojos por la mayoría, aunque no faltó, como suele suceder casi siempre con los grandes consorcios mediáticos, la información sesgada, la manipulación del tema para denigrar y atacar a Cuba.
El fenómeno se puso de manifiesto cuando, por fechas cercanas al primer anuncio de la partida de Pestano a México -desmentido por la Federación Cubana de Béisbol-, se produjo la gran alharaca con la salida ilegal del inicialista cienfueguero José Dariel Abreu, seguida infructuosamente por otras como las del lanzador pinero Raicel Iglesias, y mas recientemente la del paracortos también integrante como los dos anteriores del equipo cubano al III Clásico Mundial, Bárbaro Erisbel Arruebarruena, acompañado de su primo e integrante del staff de los Elefantes del Cienfuegos, Yasmani Fernández.
Según la corresponsal en Washington del diario español El País, Eva Saiz, "las deserciones (...) son un altavoz muy incómodo para el régimen que pone en evidencia el yugo al que están sometidos los deportistas y la sociedad en la Isla". Así lo plasmó en el artículo titulado Cuba permite a sus deportistas que compitan en Ligas Extranjeras.
Obvió la esencia del problema, "tiró cuatro bolas malas" -para usar el propio argot beisbolero-, cuando pasó por alto la respuesta de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), celosa cancerbera del mantenimiento estricto del cerco económico, comercial, financiero y, como vemos ahora también deportivo, en torno a Cuba.
La señora Saíz falta al principio del análisis imparcial y desprejuiciado al sostener que "Lo que no queda claro es hasta qué punto los jugadores cubanos podrán formar parte de la todopoderosa liga...". Porque con ello, y aunque dice citarlas, desconoce olímpicamente las declaraciones públicas de John Sullivan, portavoz de la sección del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos a cargo del control de bienes extranjeros, a quien pertenece este entrecomillado textual: "Nuestra política no ha cambiado. Los atletas cubanos necesitan tener permiso de la OFAC para jugar en las Grandes Ligas".
En resumen, que mientras de una parte Cuba relaja su hasta ahora política de celo excesivo sobre el tema de las relaciones entre el deporte amateur y el profesional, la obcecada política de bloqueo pone trabas a la inserción de atletas cubanos en sus circuitos, en especial la Major League Baseball, y continúa incitando a la deserción, como mismo la criminal política de pies secos-pies mojados (al amparo de la llamada Ley de Ajuste Cubano) alienta aún la emigración ilegal, sin orden y con peligro para la vida de quienes se aventuran.
Los medios españoles y otros que también sesgaron el alcance real de la información sobre el paso dado por el Gobierno cubano respecto a la política deportiva, hicieron la vista gorda a la pauta dictada por la OFAC de que para que un atleta de la Mayor de las Antillas clasifique como un Nacional Desbloqueado, el deportista en cuestión debe reunir estos tres requisitos que por sí solos incitan a abandonar el país por cualquier medio con tal de encumbrar el sueño de jugar en Grandes Ligas:
1.- No puede residir en Cuba.
2.- No puede tener vínculos contractuales ni económicos con Cuba.
3.- Debe tener registradas sus obligaciones impositivas y legales en otro país, pero no en Cuba.
En fin, el mar, para usar el cierre de la antepenúltima de las estrofas del poema Tengo, de Guillén.
Demasiado vasto y de mucho calado el problema para pretender abordarlo en todas sus aristas: la mafia que lo mueve, el dinero que moviliza, la corruptela que le es consustancial.
Lo censurable, quizás lo más lamentable de todo, es la perniciosa política del avestruz que todavía persiste de nuestra parte al abordar cada nuevo caso, como si nos abochornara que suceda algo cuyo responsable, nadie lo dude, está del otro lado, en la ribera septentrional del estrecho.
Tal como termina cuestionando el material en vídeo que les propongo a continuación, me pregunto, como muchos, cuándo aparecerá en esos medios corporativos este tipo de análisis.
flataron dos rusney, y ahora ismel que todo parece indicar que si esta en dominicana
ResponderEliminarAmigo, lo de Ismel es una farsa montada desde el exterior. El espirituano está en su casa y que sepamos no posee el don de la ubicuidad. Si lo duda, lea el despacho del corresponsal de Prensa Latina, Raúl García, fechado hoy en la villa del Yayabo. Lo puede encontrar en este enlace: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&idioma=1&id=1937611&Itemid=1
EliminarCaramba, capitán, no apriete, que es más fácil poner la nota que seguir el enlace. Vaya aquí está.
ResponderEliminarLos Gallos espirituanos seguirán en la pelea, afirma Ismel Jiménez
Raúl García Alvarez
Sancti Spíritus, Cuba, 9 oct (PL) El olímpico lanzador espirituano Ismel Jiménez aseguró hoy que el equipo de pelota de esta central provincia cubana, los Gallos, ofrecerán una buena actuación en la 53 Serie Nacional de Béisbol a inaugurarse el próximo día 3 de noviembre.
Prensa Latina dialogó con Jiménez, el dos veces mundialista, en su casa en Sancti Spíritus antes de partir para los entrenamientos en el estadio José Antonio Huelga.
Afirmó el lanzador derecho que en el colectivo, entre jóvenes y veteranos, gratifica como mayor novedad la unidad y el colectivismo.
Sobre su preparación para la actual serie, indicó encontrase en buena forma y con su esfuerzo y dedicación espera aportar el máximo para que el equipo logre la clasificación.
Sentenció que buscará mantener los resultados obtenidos en las anteriores series nacionales -en nueve temporadas- con un balance de 107 juegos ganados y 42 perdidos, el tercer mejor promedio en el evento nacional.
El jugador Más Valioso de la etapa clasificatorio el pasado año, urgió, que el pueblo cubano tiene en él un hijo que lo dará todo por el deporte y la Patria.
Si para informar actuáramos con la misma prontitud que para desmentir, no nos pasaran estas cosas. Un saludo.