El 25 de enero Mike Pompeo, secretario del Departamento de Estado de EEUU, anunció que Elliot Abrams encabezaría el equipo encargado de restaurar la democracia en Venezuela, y afirmó que es un hombre de pensamiento realista, con una larga experiencia en derechos humanos. Muchas personas se estremecieron en América Latina. Abrams ha participado intensivamente en el encubrimiento de genocidios y masacres en Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
Erick Alterman nos recuerda en Un verdadero criminal de guerra americano (The Nation 2/2/17), que en tiempos del genocidio en Guatemala, Abrams encubrió las masacres del general Efraín Ríos Montt (1982-1983) y de Vinicio Cerezo (1986-1991).
El 30 de noviembre de 1983, siendo responsable de derechos humanos en el Departamento de Estado, el diplomático declaró en la Public Television Stations, entrevistado por MacNeil/Lehrer, que el número de civiles inocentes asesinados por escuadrones de la muerte había declinado notablemente durante el gobierno del general Ríos Montt y que se debería premiar eso con helicópteros, aviones y radiotransmisores. Durante la entrevista, el abogado Robert Goldman encaró al funcionario y afirmó que el 80 por ciento de las desapariciones en Guatemala habían ocurrido durante el gobierno del general Ríos Montt.
Los estrategas estadounidenses aplicaron en tierras mayas algunas de las técnicas nacidas en Vietnam: quitarle el agua al pez, tierra arrasada y aldeas estratégicas. Mientras Elliott elogiaba en la tele al dictador Ríos Montt, miles de mayas ixiles y q’anjob’ales huían empavorecidos hacia México, dejando a sus espaldas columnas de humo levantadas por el fuego que convirtió sus tierras en cenizas.
El 15 de noviembre de 1992 el juez Aubrey E. Robinson sentenció a Elliott Abrams a dos años de prisión por ocultar información al Congreso sobre la guerra ilegal en Centroamérica. |
Elliott Abrams también protegió acciones terroristas en Nicaragua. Pese a la prohibición establecida por la enmienda Boland. EEUU vendió miles de misiles de alta tecnología al ayatollah iraní Ruhollah Khomeini, a precios muy inflados, y uso las ganancias para financiar a los contras, que realizaron más de mil 300 actos terroristas: asesinaban campesinos y quemaban cosechas para generar pavor entre la población. Abrams era conocido en ese entonces como el Comandante en Jefe de la Contra. El 8 de octubre de 1991 al inició del proceso contra Abrams por mentirle al Congreso. The New York Times señaló que Abrams había encabezado el Grupo Restringido Interagencias que coordinó la política estadounidense para Centroamérica entre la Casa Blanca, la CIA, el Departamento de Estado y el Pentágono. El 15 de noviembre de 1992 el juez Aubrey E. Robinson sentenció a Elliott Abrams a dos años de prisión por ocultar información al Congreso sobre la guerra ilegal.
El 7 de febrero Abrams amagó al grupo de contacto impulsado por México y Uruguay diciendo que el tiempo del diálogo había terminado. La vida de Abrams es un gozne entre los espectáculos mediáticos para ganar las mentes y corazones de la opinión pública, las presiones diplomáticas y las operaciones encubiertas. (Tomado de La Jornada)
* El autor es investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
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