Judy Gross y Scott Gilbert, abogado de la familia Gross. |
“Si podemos negociar con el talibán para traer a casa a un soldado estadounidense, seguro que podemos encontrar un camino a seguir para traer a casa a un ciudadano estadounidense de una prisión cubana”, ha apuntado.
De esta forma, se ha referido al caso del sargento Bowe Bergdahl, que fue liberado el pasado 31 de mayo por los talibán después de cinco años de secuestro en Afganistán a cambio de la excarcelación de cinco insurgentes que estaban en la prisión militar de Guantánamo.
El ex contratista estadounidense Alan Gross tiene tendencias suicidas, según afirmaron este miércoles su mujer y su abogado en un comunicado tras visitarle en la cárcel de La Habana donde cumple una condena de 15 años por introducir ilegalmernte sofisticados equipos de comunicaciónpor satélite en la isla caribeña.
Gross fue detenido en diciembre de 2009 en La Habana cuando estaba trabajando clandestinamente para la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID).
Grosss indicó recientemente que el intento de Estados Unidos de crear, a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), una red social parecida a Twitter, “ha sido la gota que colmó el vaso”.
Gross consideró que el hecho de que la USAID haya admitido la autoría de este proyecto pone en riesgo su vida, ya que, de acuerdo con fuentes citadas por la prensa estadounidense, el objetivo real de esta red social sería derrocar al Gobierno cubano.
Las posibilidad del diálogo bilateral permanece en suspense tras los reiterados llamados formulados por Cuba de llevar a la mesa de negociaciones el caso de tres antiterroristas cubanos de un grupo de cinco que purga aún largas condenas en Estados Unidos por su infiltración en redes de extremistas cubanoamericanos de ultraderecha para evitar atentados en la isla caribeña.
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