Se veía venir, porque la pelea era de león a simio y con el primate atado a cadenas: campaña mediática contra un futbolista del que algunos europeos hablan despectivamente como un "paisito de cuatro millones de personas", y encima de ello, como acusadora, la poderosa Doña FIFA.
La organización mundial del fútbol ha tomado la fatal, exagerada e injusta decisión de suspender por nueve partidos y alejar de toda actividad futbolística por cuatro meses, al delantero de Uruguay Luis Suárez, con lo cual el charrúa se perderá el resto de la Copa Brasil-2014, y su equipo -uno de los depredadores de la cita, el que contribuyó con su granito a que dos de los grandes hicieran maletas- al más letal de sus lanceros para las rondas decisivas del Mundial.
La sanción al ariete uruguayo se sustenta en la supuesta mordida contra el defensor italiano Giorgio Chiellini, en el partido que medía a los celestes con los italianos para decidir uno de los cupos hacia los octavos de final.
No me he cansado de repetirlo en cuanto foro sobre el tema he encontrado oportunidad de dar mi criterio, que ahora expongo acá luego de consumada la aberrante decisión de los grandes directivos de prominente abdomen e impecables trajes de marca (aunque el presidente y líder de la cama estuvo ausente de la reunión, en clara señal de que lo de la sanción era pan comido).
Si como se quiere hacer ver, Luisito fuera un émulo del Hannibal Lecter de la novela El dragón rojo (Thomas Harris, 1981) luego llevada al cine por Jonathan Demme en esa fabulosa cinta que es El silencio de los corderos, desde la primera vez a la más reciente de Chiellini, el uruguayo se hubiera comido a mordidas a toda una selección de futbolistas..., pero NO, han sido 3-4 oportunidades en un lapso de varios años.
Cómo demostrar entonces lo contrario. Pues bien, echemos manos a la lógica y hagamos uso de ella para entender este desaguisado como resultante de la casualidad, vista esta última como par de la categoría filosófica necesidad-casualidad, que existe y se da con independencia de la voluntad o del deseo de los hombres. Un asunto tal vez demasiado engorroso para los caciques de smoking.
Pues bien, tres o cuatro, contada la del incidente con Chielini, han sido las veces en que la dichosa casualidad ha hecho su aparición durante la disputa de un balón por alto, convirtiendo los dientes exageradamente grandes del charrúa -que encima de ello acostumbra a saltar con la boca abierta- en parte del cuerpo que, con independencia de la voluntad o el deseo de su dueño, impacta sobre la anatomía de sus presuntas víctimas.
En el caso del uruguayo son los dientes, como pudieran ser las piernas o los codos de otros en lances parecidos y nadie se ha alarmado cuando muchas veces una patada o un codazo en zonas sensibles del contrario han sacado a un jugador de circulación sin siquiera una tarjeta de amonestación, y no hago distingo de colores.
Igual que en esos casos todo se filtra a través del tamiz de la subjetividad, el affaire de Luisito debió correr igual destino, porque sancionar entonces sí cabe en calificar al hombre como un agresor, un psicópata. Eso es lo que ha hecho ni más ni menos la FIFA con el muchacho, tipo noble y simplón que en la indagatoria tras el incidente responsadió con la naturalidad propia de quien no debe culpas que "esas son cosas que están en el juego".
Escribo esta andanada al calor de la ira, pero ira en el pecho, no en la testa, y no puedo dejar de decirlo, porque explotaría, se me parece cada vez más este asunto al de la dichosa intencionalidad o no de los pelotazos. Y me voy a abstener de mencionar ejemplos para no caer en el círculo vicioso del famoso cuento de la pulga y el elefante.
¡Contra! que habría que ser bien irracional para morder a un rival con alevosía y luego tirarse en el piso, como hizo Luis Suárez -a sabiendas de que las cámaras de medio mundo te están enfocando-, a dolerte de un encontronazo donde casi pierdes dentadura y mandíbula. ¿Vas a dar una dentellada para luego descubrirte? No hay que ser docto en spicología para saber que la respuesta es NO. El simulador no deja rastros de su acción desleal.
Dice el comunicado de la organización futbolística mundial que la decisión es apelable. Pero todos sabemos a dónde conducen esos caminos. Uruguay ha sido sentenciada por el ente millonario y mercantilista. Y dejo el paréntesis abierto para evitar caer en una presunción.
Mas considero que si en verdad la FIFA quiere preciarse de detallista, debía abrirle expedientes a todas las barrabasadas arbitrales que se han visto en este Mundial y darse cuenta de otras barbaridades que ocurren con recursos que asigna a algunas federaciones nacionales o con los dineros conque generosamente los jeques mundiales del fútbol-negocio compran sedes o se pagan billetes de avión.
En mi criterio, este fallo de nueve partidos contra Luis Suárez no es otra cosa que una demostración de fuerza de los grandes (algunos representantes de los derrotados y sacados del Mundial) para lastimar a una selección histórica por su garra y que en las dos últimas citas ha dado los tintes de más combatividad y vergüenza de que puede ser capaz un equipo sin el lustre de una larga lista de estrellas. Le han apagado una de ellas y tal vez le cueste sólo Dios sabe cuánto.
Para aquellos que no se han dado cuenta de la magnitud del fallo, un detalle no más: estamos a la vista de la sanción más dura aplicada jamás a un futbolista en un Campeonato del Mundo.
Luis Suárez ha sido literalmente echado del Mundial, pues ni siquiera podrá entrar al estadio para alentar a sus compañeros. Doña FIFA lo ha estigmatizado y ojalá no sea el tiro de gracia a la carrera deportiva de un fuera de serie.
Comunicado oficial emitido por la FIFA
sobre la situación de Luis Suárez:
La Comisión Disciplinaria de la FIFA tomó una decisión relativa al caso del futbolista uruguayo Luis Suárez tras el incidente que se produjo durante el partido de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™ del 24 de junio, entre Italia y Uruguay.
La Comisión Disciplinaria de la FIFA ha decidido lo siguiente:
- Se considera culpable al futbolista Luis Suárez de haber violado el art. 48, apdo. 1d del Código Disciplinario de la FIFA (CDF) al agredir a otro jugador, y el art. 57 del CDF por haber cometido una ofensa a la deportividad contra otro jugador.
- Se suspende al jugador Luis Suárez por nueve (9) partidos oficiales. El primer partido al que se aplicará la sanción será el próximo encuentro de la Copa Mundial de la FIFA™ entre Colombia y Uruguay, que se disputará el 28 de junio. En virtud del art. 38, apdo. 2a del CDF, el resto de la sanción se aplicará a los siguientes partidos de Uruguay en el Mundial si esta selección sigue avanzando en el torneo o a los siguientes partidos oficiales de la selección uruguaya.
- De acuerdo con el art. 22 del CDF, durante cuatro (4) meses, se le prohíbe a Luis Suárez ejercer cualquier clase de actividad relacionada con el futbol (administrativa, deportiva o de otra clase).
- De acuerdo con el art. 21 del CDF, se prohíbe asimismo a Luis Suárez entrar en los recintos de todos los estadios durante el periodo de duración de la prohibición (v. punto 3). El jugador tampoco podrá entrar en los recintos del estadio en el que la selección uruguaya dispute un encuentro mientras esté cumpliendo con los nueve partidos de suspensión (v. punto 2).
- Además, se le impone una multa que asciende a 100.000 CHF*.
La decisión se ha comunicado el jueves 26 de junio al jugador y a la Asociación Uruguaya de Fútbol.
“No se puede tolerar este tipo de comportamiento en un terreno de juego, especialmente durante la Copa Mundial de la FIFA™, cuando millones de personas tienen la vista puesta en los jugadores. La Comisión Disciplinaria ha tenido en cuenta todos los elementos del caso y el grado de culpabilidad de Luis Suárez de acuerdo con lo estipulado en el Código Disciplinario. La decisión ha entrado en vigor en el momento en el que se ha comunicado”
Claudio Sulser, presidente de la
Comisión Disciplinaria de la FIFA.
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