Más de 15.000 personas se manifestaron en Yakarta y otras grandes ciudades de Indonesia para pedir mejores políticas de empleo. (Foto: REUTERS/Supri) |
Las condiciones de trabajo y reivindicaciones salariales, principal tema en los desfiles este domingo 1ro de mayo
Los tradicionales desfiles del 1ro de mayo reunieron este domingo a millones de personas en todo el planeta, que se manifestaron desde Hong Kong a Berlín, pasando por Valencia, París, Bruselas o La Habana.
Pero mientras en Cuba la jornada adquiría ribetes de fiesta del proletariado, en demostración de apoyo al Socialismo y respaldo al proceso de actualización del modelo económico, en otras regiones del mundo los obreros demandaron el mejoramiento de condiciones de trabajo y aumentos salariales.
Sin embargo, no faltaron las excepciones, pues en Polonia, por ejemplo, la organización sindical más grande, OPZZ, anuló las marchas para no interferir en las ceremonias relacionadas con la beatificación del papa Juan Pablo II.
La fiesta del Trabajo tomó un acento más político en Rusia, donde los partidos aprovecharon la ocasión para hacer una demostración de fuerza ante la proximidad de las elecciones, con lemas como "¡Medvedev! ¡Putin! ¡Vamos Rusia!".
En España, donde la economía intenta salir de la crisis y el paro alcanza a uno de cada cinco activos, los sindicatos organizaron más de 80 reuniones y manifestaciones, la más importante celebrada en Valencia.
Otro tanto sucedió en varias naciones de la Unión Europea dónde las políticas de choque han obligado a los trabajadores a apretarse el cinturón y hacer sacrificios sin precedentes. En Grecia, cuya población ha sufrido los ajustes económicos desde hace más de un año para rescatar la economía del país, miles de personas salieron a las calles de Atenas para protestar contra un nuevo endurecimiento de la austeridad.
Otro tanto se vivió en Portugal, que también pidió un plan de rescate a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional. Los sindicatos lusos organizaron una marcha en contra de nuevos recortes anunciados por las autoridades para satisfacer las exigencias de la UE y el FMI.
Sumida en una crisis multicausal, en Bélgica los manifestantes obreros reclamaron aumentos salariales para paliar el caos económico y social que vive el país, atenazado además por un vacío de poder que ha hundido al país en una crisis política sin precedentes. En Bruselas, Rudy De Leeuw, presidente del sindicato socialista FGTB, defendió la indexación automática de los salarios y emitió críticas al Banco Central Europeo (BCE).
Los tradicionales desfiles del 1ro de mayo reunieron este domingo a millones de personas en todo el planeta, que se manifestaron desde Hong Kong a Berlín, pasando por Valencia, París, Bruselas o La Habana.
Pero mientras en Cuba la jornada adquiría ribetes de fiesta del proletariado, en demostración de apoyo al Socialismo y respaldo al proceso de actualización del modelo económico, en otras regiones del mundo los obreros demandaron el mejoramiento de condiciones de trabajo y aumentos salariales.
Sin embargo, no faltaron las excepciones, pues en Polonia, por ejemplo, la organización sindical más grande, OPZZ, anuló las marchas para no interferir en las ceremonias relacionadas con la beatificación del papa Juan Pablo II.
La fiesta del Trabajo tomó un acento más político en Rusia, donde los partidos aprovecharon la ocasión para hacer una demostración de fuerza ante la proximidad de las elecciones, con lemas como "¡Medvedev! ¡Putin! ¡Vamos Rusia!".
En España, donde la economía intenta salir de la crisis y el paro alcanza a uno de cada cinco activos, los sindicatos organizaron más de 80 reuniones y manifestaciones, la más importante celebrada en Valencia.
Otro tanto sucedió en varias naciones de la Unión Europea dónde las políticas de choque han obligado a los trabajadores a apretarse el cinturón y hacer sacrificios sin precedentes. En Grecia, cuya población ha sufrido los ajustes económicos desde hace más de un año para rescatar la economía del país, miles de personas salieron a las calles de Atenas para protestar contra un nuevo endurecimiento de la austeridad.
Otro tanto se vivió en Portugal, que también pidió un plan de rescate a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional. Los sindicatos lusos organizaron una marcha en contra de nuevos recortes anunciados por las autoridades para satisfacer las exigencias de la UE y el FMI.
Sumida en una crisis multicausal, en Bélgica los manifestantes obreros reclamaron aumentos salariales para paliar el caos económico y social que vive el país, atenazado además por un vacío de poder que ha hundido al país en una crisis política sin precedentes. En Bruselas, Rudy De Leeuw, presidente del sindicato socialista FGTB, defendió la indexación automática de los salarios y emitió críticas al Banco Central Europeo (BCE).
Manifestantes de grupos de izquierda marchan cerca de la plaza Taksim, en Estambul. |
Otras miles de personas iniciaron temprano un desfile en París para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores, pretexto que movilizó sin que se produjeran incidentes a un número similar de alemanes en Berlín. El presidente del DGB, Michael Sommer, advirtió del descenso de los salarios y denunció que los propietarios de empresas contratan empleados a "buen precio", procedentes de Europa del Este, cuando Alemania y Austria están a punto de abrir su mercado laboral a estos ciudadanos.
África no se sustrajo a la fecha. La fiesta del Trabajo permitió a los sindicatos entregar a las autoridades "cuadernos con reclamaciones", tal y como ocurrió en Benín o Togo.
En Túnez, donde la revuelta popular desencadenó la caída del régimen el pasado mes de enero, las calles de la capital no se registraron disturbios, mientras en Marruecos, jóvenes, sindicalistas, y también miembros del Movimiento del 20 de febrero -que reclaman más democracia- tenían previsto manifestarse en distintas ciudades del país. En Rabat, cerca de 3.000 manifestantes desfilaron al grito de "Abajo el despotismo" y "Basta de marginación".
Mes y medio después del terremoto y tsunami que asoló Japón y provocó el fatal accidente de la central de Fukushima, este 1 de mayo fue propicio para la organización de dos marchas anti-nucleares en Tokio.
Por su parte, Hong Kong, territorio que pertenece a China, vivió este domingo la entrada en vigor del salario mínimo fijado en 28 dólares hongkoneses por hora (2,43 euros), tope que supone un avance, aunque todavía insuficiente, según los sindicatos, que consiguieron reunir a 4 mil manifestantes.
La incongruencia entre los bajos salarios y el continuo aumento del precio de los productos de primera necesidad se convirtió en centro de las reivindicaciones en varias localidades filipinas y también en Seúl, ciudad esta última donde más de 50 mil personas reclamaron el cese de las desigualdades y mejoras en las condiciones de empleo.
Con un sesgo también festivo, Venezuela conmemoró el aniversario 125 del desenlace de los hechos culminados en los Estados Unidos con el ajusticiamiento en la horca de cinco dirigentes gremiales reconocidos por la historia como los Mártires de Chicago, y en cuyo honor el Congreso Internacional de Trabajadores, reunido en julio de 1889 en París, fijó el día 1ro de mayo como jornada de ratificación de los derechos de los trabajadores y de reclamos contra las arbitrariedades sociales.
Bien temprano, el presidente Hugo Chávez había colocado una convocatoria en su cuenta en la red social Twitter: "Buen día a La Candanga. ¡Vaya un abrazo a todos los y las Trabajadoras de la Patria y del mundo! ¡Vamos todos a la Gran Marcha! Venceremos".
Luego, decenas de miles de sus seguidores marcharon por las calles de Caracas desde tres puntos diversos, hasta llegar a la Avenida Bolívar, en el centro de la capital. Allí, la movilización de campesinos, jubilados y pensionados, universitarios y jóvenes ratificó su compromiso con la Revolución Bolivariana y dió muestras de respaldo a la gestión del gobierno y a la nominación del presidente Chávez como candidato por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para las elecciones del próximo año.
Mes y medio después del terremoto y tsunami que asoló Japón y provocó el fatal accidente de la central de Fukushima, este 1 de mayo fue propicio para la organización de dos marchas anti-nucleares en Tokio.
Por su parte, Hong Kong, territorio que pertenece a China, vivió este domingo la entrada en vigor del salario mínimo fijado en 28 dólares hongkoneses por hora (2,43 euros), tope que supone un avance, aunque todavía insuficiente, según los sindicatos, que consiguieron reunir a 4 mil manifestantes.
La incongruencia entre los bajos salarios y el continuo aumento del precio de los productos de primera necesidad se convirtió en centro de las reivindicaciones en varias localidades filipinas y también en Seúl, ciudad esta última donde más de 50 mil personas reclamaron el cese de las desigualdades y mejoras en las condiciones de empleo.
Con un sesgo también festivo, Venezuela conmemoró el aniversario 125 del desenlace de los hechos culminados en los Estados Unidos con el ajusticiamiento en la horca de cinco dirigentes gremiales reconocidos por la historia como los Mártires de Chicago, y en cuyo honor el Congreso Internacional de Trabajadores, reunido en julio de 1889 en París, fijó el día 1ro de mayo como jornada de ratificación de los derechos de los trabajadores y de reclamos contra las arbitrariedades sociales.
Bien temprano, el presidente Hugo Chávez había colocado una convocatoria en su cuenta en la red social Twitter: "Buen día a La Candanga. ¡Vaya un abrazo a todos los y las Trabajadoras de la Patria y del mundo! ¡Vamos todos a la Gran Marcha! Venceremos".
Luego, decenas de miles de sus seguidores marcharon por las calles de Caracas desde tres puntos diversos, hasta llegar a la Avenida Bolívar, en el centro de la capital. Allí, la movilización de campesinos, jubilados y pensionados, universitarios y jóvenes ratificó su compromiso con la Revolución Bolivariana y dió muestras de respaldo a la gestión del gobierno y a la nominación del presidente Chávez como candidato por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para las elecciones del próximo año.
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