Cuba ocupa un lugar destacado dentro de las ciencias meteorológicas, mérito ganado por una larga tradición que comienza a mediados del siglo XIX. |
Ya en el siglo XVII hubo personas que sin tener conocimientos de meteorología, tomaban notas cuando pasaba un ciclón por algún lugar de Cuba.
En la mayoría de los casos las notas eran redactadas por escribanos del Cabildo, dueños de trapiches y personas con alguna cultura que reflejaban el tiempo de duración, los daños, los muertos y personas desaparecidas.
El eminente científico habanero Andrés Poey fundó en 1855 el primer observatorio meteorológico del país, que duraría hasta 1869, cuando fue cerrado por la metrópoli española, luego de conocer que su promotor había abrasado el ideario independentista.
Les sucedieron las del Observatorio del Colegio de Belén, cuyo director fue el sacerdote catalán Benito Viñes Martorell, considerado el Príncipe de la Meteorología Tropical y quien fuera artífice del primer aviso de alerta ciclónica en la historia de la meteorología tropical, que publicaron diarios de La Habana el 12 de septiembre de 1875.
En el siglo XX, con el inicio de la República, el servicio meteorológico cubano pasó a ser responsabilidad del Observatorio Nacional, que se instaló en la loma de Casablanca en 1908 y destacó por su plateada cúpula de la que emergía un telescopio óptico.
Su segundo director fue el Capitán de Corbeta e ingeniero José Carlos Millás, quien realizó aportes al mejor conocimiento de la ciclonología tropical.
Padre Benito Viñes, con razón apodado Príncipe de la Meteorología Tropical. |
En aquella época el Weather Service de los Estados Unidos consultaba con Millás todo lo relacionado con el movimiento de los huracanes, ya que el cubano desarrolló varias teorías sobre la formación, desarrollo y movimiento de los huracanes, que se consideraban muy avanzadas para aquellos tiempos, cuando se contaba con varias estaciones de observaciones meteorológicas en Cuba y algunas en el Caribe, supervisadas por la Marina de Guerra.
El huracán de octubre de 1944 fue el primer fenómeno atmosférico pronosticado mediante el uso de datos procedentes de radiosondas lanzadas desde el Observatorio Nacional.
Cuba se convirtió en el segundo país latinoamericano, después de México, que utilizaba esta novedosa técnica para la investigación.
El Observatorio Nacional, adscrito a la Marina de Guerra, se fundió con el Departamento de Meteorología de la Academia de Ciencias, en 1965, dando paso al actual Instituto de Meteorología (INSMET), emplazado igualmente en Casablanca, en el este de la capital.
Correspondió al Dr. Mario Rodríguez Ramírez, fundador de la Escuela de Meteorología en Cuba, un papel protagónico durante esta etapa, durante la cual se dio paso a la integración de un verdadero Sistema Meteorológico Nacional, de jurisdicción civil.
Con el desarrollo de la tecnología en el campo de las comunicaciones, se hizo más rápida y eficiente la llegada de información a todos los países del continente y del Caribe.
En la actualidad Cuba tiene el servicio meteorológico más desarrollado del Caribe (8 radares meteorológicos y 19 estaciones), condición respaldada además por una larga tradición de casi dos siglos.
A propósito de la temporada ciclónica que da inicio este miércoles 1 de junio y se extiende hasta el 30 de noviembre, el Director del Departamento de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet), Dr. José Rubiera, dijo en fecha reciente que esta de 2011 será menos activa que la anterior, pero algo por encima de lo normal.
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