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jueves, 26 de mayo de 2011

'Superabuelos' cubanos bailan, ríen, toman ron y rebasan los 100 años

Cuba será en dos décadas el país más avejentado de América Latina con un 30% de mayores de 60 años -hoy es el segundo tras Uruguay-, por lo que hay programas como los "Círculos de abuelos" y la Universidad del Adulto Mayor, para elevar su calidad de vida

Rosa, de 104 años, nunca se queda sentada si suena un danzón; Graciela, centenaria de ojos verdes, juega ajedrez y lee con voracidad; Arcadio, de 103, come de todo y echa un ojito a las chicas: en Cuba, país latinoamericano con más esperanza de vida, los abuelitos gozan cada minuto y viven más.
Viejitos cubanos, de ellos una docena de centenarios, se reúne este jueves, entre mimos y elogios, en un hotel de La Habana, en el Seminario Internacional sobre Longevidad Satisfactoria.
"¿El secreto?: trabajar, vivir una vida tranquila, ser feliz, bailar mucho y comer de todo pero poquito", dice Rosa Cartaya, una mulata delgada que camina sin problema, aunque oye con dificultad.
Con 11.2 millones de habitantes, Cuba tiene 1,551 centenarios, la tasa proporcional más alta del mundo, y una esperanza de vida de 80 años las mujeres y 78 años los hombres, lo que la hace líder en América Latina, según las autoridades.
La decana, Juana de la Candelaria Rodríguez, 'Candulia', que según registros locales tiene 126 años, faltó a la cita pues vive en Granma, a 850 km de La Habana, pero está activa y lúcida.
Cuba será en dos décadas el país más avejentado de América Latina con un 30% de mayores de 60 años -hoy es el segundo tras Uruguay-, por lo que hay programas como los "Círculos de abuelos" y la Universidad del Adulto Mayor, para elevar su calidad de vida.
"Lo malo, atrás; lo bueno, a'lante. ¡No hay que coger lucha! (estresarse), no me pongo brava por cualquier cosa, ¿para qué?, si la risa da vida. Dar amor: El cariño hace cariño", expresa Juana Azcuy con su sabiduría de 87 años.
Ultra flaquita y operada de cataratas, Juana camina derechita, practica Tai Chi, hace mandados y va a las peñas. "Por fuera estoy vieja, por dentro joven. Me encanta la fiesta", dice a la prensa en un patio del Barrio Chino, tras la clase de arte marcial.
Vital a sus 81 años, Eugenio Selman-Housein, ex jefe del equipo de médicos del líder cubano Fidel Castro -que en agosto cumplirá 85 años-, preside el "Club de los 120 años", para promover una vejez activa y tranquila, en un mundo moderno colmado de estrés.
"Tener motivación, una alimentación sana con frutas y vegetales, cuidar la salud, hacer ejercicio, enriquecerse con la cultura y estar en un ambiente sano", aconseja el médico, para quien el sistema de salud gratuito es clave en la longevidad cubana.
El traguito de ron y uno que otro bistec de cerdo que condenan los dietistas fundamentalistas, no son mal vistos en el Club. El sexo es más que bienvenido. El único excluido, el tabaco. Pero tampoco es norma inquebrantable, en un país tabacalero por excelencia.
"Fui tabaquero y músico, fumé aunque no en exceso. He comido siempre mucho y bien. Comidas y mujeres, me gustan todas", dice jocoso Arcadio Radillo, que fue al encuentro en el hotel de elegante guayabera blanca.
Para Carmen Pérez, profesora de gimnasia de 46 años en un "Círculo de Abuelos", es vital el ejercicio físico y mental. Su clase en un parque de La Habana la cierra preguntando a cada viejito un refrán y tres nombres con A.
"No somos un estorbo. A mí me gusta tomarme mi café y darme mi traguito de ron. Para rumbear no me molestan los años", dice risueña Clara Díaz, enfermera jubilada de 82 años, que madruga para tomar la "guagua" (autobús) y llegar puntual a sus ejercicios.
Carlos Hierrezuela, ex profesor de 73 años, necesita días de 48 horas. Cuida autos en una ferretería; va a clases de Tai Chi y a la Universidad del Adulto; escribe poesía; está en un club de danzón; baila son, cha-cha-chá, salsa y hasta reggaetón.
Glise Fariñas es su pareja de baile. "Fui bailarina y modelo de cabaret. Los cubanos somos muy alegres y eso influye en las ansias de vivir", dice esta coqueta septuagenaria que no sale a la calle si no lleva perfume y carmín en los labios.
"Quiero ser cada día más bella. Hay que soñar y amar. El corazón no envejece", dice la pizpireta de Glise, tras ir con Carlos al ensayo de coro. ¿Tienen pareja?, pregunta el periodista. "Somos amigos, muy muy muy amigos", dicen a carcajadas.

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