Parecen notas de ciencia ficción, pero nada más lejos del desvarío después de una noche de desórden alcohólico. Un grupo de matemáticos estadounidenses aseguran haber dado con un método probabilístico que permite hacer cálculos para pronosticar los ataques terroristas futuros.
Según los resultados de la investigación matemática, publicados en el sitio ScienceNOW, las matemáticas permiten tal vaticinio centrándose en el periodo de tiempo entre los atentados previos cometidos por miembros de un mismo grupo.
Los científicos analizaron los datos disponibles en acceso libre de los ataques terroristas de la última década en Afganistán, así como en Irak, entre 2003 y 2009, y lograron establecer un patrón de comportamiento. Los expertos llegaron a la conclusión de que después de la realización de los dos primeros ataques terroristas con víctimas mortales, que suelen tener un intervalo de tiempo bastante largo entre sí, el espacio de tiempo entre los otros ataques sucesivos se hace cada vez más corto.
El grupo de matemáticos logró obtener una ecuación por la que las fechas de los futuros ataques terroristas dependen del tiempo entre el primer atentado y el segundo. Así, por ejemplo, si los dos primeros ataques terroristas están separados por 100 días, entonces, el tercer ataque puede producirse en unos 66 días, mientras que el cuarto sucedería en unos 52 días. Los autores de los cálculos comprobaron su modelo utilizando también los datos de los ataques terroristas de otras zonas conflictivas del mundo.
Según los autores de la investigación, un patrón similar existe, por ejemplo, en la construcción naval, la fabricación o el desarrollo de software. Con el tiempo el proceso de producción acumula los conocimientos necesarios y adquiere la tecnología imprescindible para alcanzar sus objetivos. Debido a eso cada acción siguiente se realiza con más facilidad.
Lástima que en este mundo patas arriba se destinen recursos a calcular las fechas de posibles atentados futuros, en lugar de asignar los medios y fondos millonarios empleados en tales investigaciones en solucionar las causas que subyacen como motivaciones para la ocurrencia de tan deleznables actos.
Si ello fuera así a los matemáticos les estarían ahorrando muchos, muchísimos dolores de cabeza, porque de seguro es mucho más fácil calcular cómo mitigar las hambrunas y la violencia. Si alguien lo duda, baste una ojeada a las cifras del presupuesto militar mundial o al comercio planetario de las drogas. Con un poco de ingenio y habilidades para las operaciones de dividir se solucionaría el asunto, sin tanto gasto de neuronas.
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