Luego de una década de operaciones bélicas, las incursiones militares de los Estados Unidos han cobrado la vida de 225 mil personas y dejado 7,8 millones de refugiados, de acuerdo con un informe publicado por el Instituto Watson para Estudios Internacionales de la Universidad de Brown.
La investigación, llevada a cabo por Neta Crawford y Catherine Lutz, estudió las acciones emprendidas por el gobierno norteamericano en Afganistán e Irak, además de su denominada “lucha antiterrorista en Pakistán”.
De acuerdo con la Agencia de noticias rusa Ria Novosti, el documento señala que sumados a los 225 mil muertos están 365 mil mutilados de guerra.
Entre las víctimas, los civiles fueron los más castigados. En Irak resultaron 125 mil personas muertas; en Pakistán, 56 mil y en Afganistán 12 mil.
En contraparte, el Ejército estadounidense sufrió 6 mil bajas mientras que sus aliados 1.200. Los iraquíes perdieron 9.900 soldados; los pakistaníes, 3.500 y los afganos, 8.800. El saldo mortal continúa con las bajas de 2.300 agentes de seguridad privados.
Las guerras, iniciadas luego del 11 de septiembre de 2001, también cobraron la vida de 168 reporteros y 266 colaboradores de Organizaciones No Gubernamentales humanitarias.
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