Casi amanece en España. El país abre los ojos al viernes tras una jornada considerada violenta, pero demostrativa de que la indignación crece en la nación ibérica.
En lo que constituye el incidente más grave en Madrid desde que el Movimiento 15 de Mayo echara a andar, miles de indignados que durante los últimos días han extendido sus protestas por todo el centro de la capital chocaron anoche (jueves) con la policía cuando llevaron sus protestas ante el Ministerio del Interior. La policía cargó con dureza contra varios centenares de ellos.
Los indignados llegaron a Interior tras intentar por tercer día consecutivo entrar en la Puerta del Sol, punto que pretenden retomar tras el desalojo que sufrieron el pasado lunes. Pero, la plaza está convertida en un fortín inexpugnable, cuajado de policías. Ante el imprevisto, los indignados decidieron a "callejear": marcharon por la Gran Vía, celebraron una asamblea con unas 800 personas en Cibeles y otra en la plaza de Jacinto Benavente, antes de enfilar hacia el Ministerio del Interior, en el Paseo de la Castellana.
Una veintena de heridos
Reportes de diferentes agencias y medios hablan de una veintena de personas con lesiones diversas, siete de ellos agentes uniformados. Todo ocurió cuando la policía, provista con material antidisturbios (léase cascos, escudos, porras antimotines y gases), cargó con contundencia contra unos 800 indignados cuando estos estaban rodeando la sede del Interior. Tres personas han sido detenidas, aunque las cifras son contradictorias y podrían aumentar debido a la contundencia del enfrentamiento.
Y aunque hasta la fecha cuenta como el incidente de más envergadura desde que comenzaron las protestas el pasado 15 de mayo, la de anoche pudiera quedar empequeñecida, pues para este viernes, a las 8:00 p.m. (hora de Madrid) (2:00 p.m., hora de Cuba), los indignados han decidido marchar de nuevo hacia la sede del Ministerio del Interior -una caminata que partirá de Atocha, y que pretende terminar en la Puerta del Sol-, y a la cual están convocando a todos los que quieran acudir desde las doce del día, según han acordado en asamblea popular reunida en la plaza Jacinto Benavente.
La carga policial se produjo sobre las once de la noche, frente a la sede del Ministerio del Interior. Varios vehículos con policías antidisturbios llegaron a la zona, desmontaron a sus ocupantes armados de casco, escudo y porra y cargaron contra los indignados, hasta despejar la calle. Al final de la arremetida, algunos de los participantes volvieron a la zona para gritarle "asesinos" a los agentes, que además formaron dos filas de contención en el lateral de la Castellana, donde se encuentra el Ministerio asediado.
La policía explica que la causa de que se cargara contra los manifestantes fue que algunos de los indignados se subieron a las verjas que rodean la sede del Ministerio del Interior. Los indignados niegan que hubiera cualquier tipo de provocación o violencia por su parte.
Policías fuera de sí
Luis López Diéguez, estudiante de economía de 23 años acabó con la cabeza vendada. Asegura que un policía “fuera de sí” se separó de los antidisturbios y le asestó un porrazo en la cabeza. Finalmente, asegura, el agente tuvo que ser controlado por sus compañeros.
Raquel, una señora de 88 años, afirma que no estaba pasando nada hasta que se produjo la carga policial delante del ministerio. Tiene una mano vendada y magulladuras en las rodillas. Asegura que se cayó al suelo y que fue ayudada por varias personas a levantarse.
Otro indignado que no quiso identificarse afirma que se ha cargado “a saco". La Policía Municipal los escoltó hasta la plaza de Colón y allí los esperaba la Policía Nacional con escudos y porras, en lo que ha calificado como una encerrona.
La carga culmina una jornada que había comenzado a mediodía, cuando unos 300 indignados participaban en una marcha para intentar penetrar, por tercer día consecutivo, ante una Puerta del Sol blindada por la policía. Por la tarde se han concentrado unos 800 con la misma intención, pero no parece que las autoridades piensen dar ni un paso atrás en su decisión, como tampoco los indignados, de ahí que penda un compás de grave tensión.
Una pancarta esgrimida por los manifestantes resume quizás la presión y el giro impredecible que están tomando los acontecimientos en España: "Sol será vuestro Vietnam".
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