Tras una pausa de casi dos meses, aviones teledirigidos estadounidenses reiniciaron sus ataques sobre territorio pakistaní y entre ayer y hoy mataron a 10 presuntos talibanes en la noroccidental provincia de Waziristán del Norte.
La operación de este jueves fue contra un vehículo que se movía por un paraje apartado de la región tribal de New Adda, unos 30 kilómetros al oeste de Miran Shah, la principal ciudad del territorio.
Oficiales de la seguridad pakistaní dijeron a condición de anonimato que los misiles disparados por un aparato no tripulado dieron muerte a seis sujetos cuya identidad no ha sido precisada.
Ayer, otro avión-robot lanzó el primer ataque desde la suspensión de los vuelos el 26 de noviembre del pasado año, cuando aeronaves de la OTAN mataron a 24 soldados en la frontera con Afganistán.
La incursión quebró la pausa más larga de acciones de ese tipo en Pakistán desde su inicio sistemático en el 2009, y también se registró en las cercanías de Miran Shah. El saldo fue de cuatro muertos.
El último ataque de drones sobre la nación surasiática tuvo lugar el 17 de noviembre del año pasado. Nueve días después fue que se produjo el bombardeo de aviones de la OTAN a dos puntos de control en la frontera con Afganistán, que puso en crisis las relaciones Islamabad-Washington.
En respuesta a la agresión, Pakistán cerró los pasos a través de los cuales fluyen los suministros de las tropas de la alianza atlántica acantonadas en la vecina nación y exigió a Estados Unidos abandonar la base de Shamsi, en el suroeste de la provincia de Baluchistán, desde donde operaba sus drones.
Por esos días, en medio de las crecientes desavenencias entre los dos países, altos jefes militares dijeron que el de los drones era un capítulo cerrado y que ante cualquier nuevo ataque de ese género, los aviones-robot serían derribados.
Sin embargo, ni las autoridades civiles ni las militares pakistaníes se han pronunciado oficialmente por estas incursiones aéreas.
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