El viejo criminal: Bambi (o el Comisario Basilio, como prefieran) desnudo e impreso en tinta y papel

Entre las novedades que pueblan los estantes de esta XXI Feria Internacional del Libro de La Habana puede encontrarse el libro Luis Posada Carriles, engendro incondicional de la CIA, un texto nacido bajo el sello de la casa impresora Ciencias Sociales que, como bien nos alerta su autor, el escritor guatemalteco residente en Cuba, Percy Francisco Alvarado Godoy, no solo compendia hechos cuya historicidad la deben a la actividad terrorista del viejo criminal, sino nos presenta desnuda, sin afeites, la personalidad retorcida de un individuo que de joven daba curso a sus crueles instintos matando animales.
Nadie mejor que el agente Fraile de los órganos de la Seguridad del Estado durante 22 años, el hombre que penetró el ala terrorista de la Fundación Nacional Cubano Americana, para reseñarnos de qué va su más reciente entrega editorial.

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Llovía en la Fortaleza de la Cabaña cuando un grupo de compañeros me acompañaron en el lanzamiento de la edición cubana, magistralmente editado por Ciencias Sociales, de mi libro "Luis Posada Carriles, un engendro incondicional de la CIA", el pasado día 11, a las cuatro de la tarde, en la Sala Lezama Lima.
Tuve la particular suerte de estar rodeado de caras amigas: gente solidaria con Cuba, decenas de cubanos con la particularidad de reunir todos ellos bellas historias de enfrentamiento al enemigo, entre los que destacaban Carlos Serpa, Raúl Capote, Aleida Godínez y otros ex agentes de nuestra gloriosa seguridad cubana. Estaba presente también un grupo de figuras que encabezan el batallar ideológico contra nuestros enemigos, es decir, aquellos que han convertido la palabra en espada de denuncia, como son los casos de Rosa Báez y Enrique Ubieta, entre otros. No faltaron, por supuesto, amigos entrañables de Cuba, representando a sus organizaciones políticas.
Presentando el libro, me acompañaron los viejos amigos Néstor García Iturbe y José Luis Méndez, doctores en Ciencias Históricas, duchos en el tema de la historia de nuestros enfrentamientos a las permanentes agresiones del enemigo.
Sin tapujos se expusieron nuestras verdades sobre este connotado terrorista, expresión personal de todo un tinglado de la destestable tropa anticubana, encabezada por la ultraderecha norteamericana y su representación en la Habana, la Sina, los mafiosos terroristas de Miami, los mercenarios internos al servicio de mejor postor.
El libro, en realidad, no es solo un compendio de hechos históricos relacionados sobre la vida de este criminal. Es un perfil de su personalidad enfermiza, caracterizada por el odio visceral hacia Cuba y por un desprecio total hacia la vida de los demás. En él se desnudan los sucios compromisos del mismo con la CIA, el FBI, los servicios de inteligencia de naciones latinoamericanas, sobre todo en Centroamérica, así como sobre quiénes lo han apoyado y empleado a lo largo de su vida.
Se habló, por supuesto, de los nuevos planes terroristas que se encuentra maquinando en estos momentos, con un grupo de viejos cómplices, y que una oportuna denuncia de mi parte, prácticamente los sorprendió. La respuesta de ellos no ha sido el alboroto, sino el más absoluto silencio. Saben que fueron sorprendidos "in fraganti" y no se han recuperado de la sorpresa. El FBI también lo sabe e investiga. Por supuesto, son nuevos elementos puestos sobre la palestra pública que lo involucran al terrorismo y Estados Unidos, si lo decide, enrriquece su prontuario para juzgarlo. El terrorista, por supuesto, está intranquilo: sobre él pesa la posibilidad de ser extraditado a Panamá o que abra el juicio sobre sus crímenes por parte de un Gran Jurado en Nueva Jersey.
La publicación de este libro contribuirá, inobjetablemente a nuestras denuncias al terrorismo permanente contra Cuba. A la par, servirá para refrendar nuestro estado de necesidad de defendernos, cuando Estados Unidos les ofrece total impunidad a estos criminales.
Nuestro Cinco Héroes estuvieron presentes allí, a qué negarlo, en el recuerdo de su sacrificio por la Patria y en la convicción de que su trinchera no quedó vacía. Otros hermanos ocupan su lugar anónimo defendiendo a la Patria de estos criminales.