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viernes, 8 de junio de 2012

La conciencia mata: suicidios entre soldados de EEUU llegan a niveles alarmantes

No hay peor juez que la conciencia propia, a menos que usted sea un hijo de cualquiera, menos de su madre, y carezca de ese rasgo que nos distingue, en el reino animal, como seres racionales.
Comienzo por ahí para tratar de encontrar una explicación al disparo en flecha ascendente del número de suicidios entre soldados estadounidenses: 154 en lo que va de año, uno por día, ritmo que representa casi 50 por ciento más muertes de las que han ocurrido en operaciones de combate en Afganistán durante 2012.
Según medios de prensa, esta cifra supera todos los pronósticos del Pentágono y abre un inmenso abanico de interrogantes acerca de las causas de este comportamiento.
Vuelvo al párrafo del comienzo. El ser humano, concebido de un acto de amor, es por esencia contrario al acto de infligir muertes.
Sin embargo, estudios realizados indican que quienes quedan expuestos a combates cuentan en su contra con factores determinantes en los suicidios.
La forma en cómo se lucha la guerra en Irak y Afganistán, sin una causa que lo justifique, sin un enemigo claro, pensando que a la vuelta de la esquina hay una bomba o puedes resultar víctima de una emboscada, crea niveles de conmoción muy altos y una incidencia grande de estrés post traumático.
Otros factores llegan a pesar como un enorme fardo para la mayoría de quienes regresan. Lo primero es adaptarse de nuevo a una sociedad que en su conjunto desaprueba las guerras. La mayor parte de los veteranos se ven de pronto en una encrucijada y buena parte de ellos termina por convencerse del sinsentido de su aventura. Pero lo peor viene cuando, encima de todo, encuentran que la situación financiera familiar es crítica, no hallan empleo ni reciben subvención de un gobierno por el cual se jugaron el pellejo en una guerra inútil y despiadada.
Algunas fuentes añaden razones de rancio machismo, como la de calificar de estigma la búsqueda de ayuda psicológica, algo que dentro del ejército es visto como propio de débiles y faltos de carácter.  Por eso muchos casos que se podrían evitar terminan con muertes, porque los soldados con problemas no acuden con el facultativo.

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