La Oficina estadounidense de Control de Activos Extranjeros (OFAC), aplicó una multa de 619 millones de dólares al banco holandés ING por mantener negocios con Cuba, sanción que de acuerdo con un comunicado del Departamento del Tesoro de EEUU se trata de la más alta aplicada hasta hoy por esta entidad como parte de la política de férreo bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington a la Isla.
Según la OFAC, en cuya nómina figuran especialistas en "monitorear" la ruta de las operaciones financieras cubanas y el cumplimiento de las sanciones contra un grupo de países entre los cuales figura la Mayor de las Antillas, desde principios de la década de los 90 hasta 2007 ING aprobó más de 20 mil transacciones bancarias por un monto superior a los 2 mil millones de dólares.En el caso de Cuba, el ING Bank infringió la ley entre otras formas mediante el procesamiento de operaciones bancarias a través de su filial en Curaçao, por cuenta de clientes cubanos, sin especificar el origen de los pagos, explicó el texto de la acusación formal ante la justicia estadounidense.
En el intento por eludir los controles que realizan los sabuesos de la OFAC tras la ruta del dinero cubano por el mundo entero, entre 2002 y 2007 ING utilizó filiales de Estados Unidos para llevar a cabo estas transacciones.
La medida, muestra fehaciente del carácter extraterritorial que introdujo la Ley Helms-Burton con la afectación a terceros países por el comercio con La Habana, obligó al ING Bank a cerrar su oficina de representación en Cuba, así como su filial caribeña.
Otra muestra clara y evidente de que el cerco económico de EEUU contra Cuba no sólo se mantiene intacto, sino que arrecia; otra prueba para aquellos incautos que aún creen en la falacia de la supuesta flexibilización atribuida al señor Premio Nobel de la Guerra.
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