El muchacho, natural de Caimanera, en la oriental provincia de Guantánamo, cronometró 6 minutos, 46 segundos y 35 centésimas, algo distante de la cota estival de 6:42.52 impuesta por el noruego Tim Maeyens, un bio-ingeniero con dos finales olímpicas a su haber (Atenas´04 y Beijing´08), aunque con hambre de medallas.
Fournier marcó el sexto tiempo entre los 33 contendientes inscritos en las ocho regatas del single scull, solo superado por Maeyens, el alemán Marcel Hacker (6:43.80), el sueco Lassi Karonen (6:45.42), Santiago Fernández, de Argentina (6:46.03), y Henrik Stephansen (6:46.32), de Dinamarca, todos con más de 30 años excepto el representante danés.
El cubano logró incluso mejor performance que el cinco veces campeón del mundo y bronce olímpico, el neocelandés Mahé Drysdale, quien llegó a la meta en 6:49.69, uno de los 14 competidores que bajó de los siete minutos, detalle que demuestra el supremo nivel de la modalidad y su evolución con respecto a la cita de Beijing hace cuatro años, cuando ningún hombre pudo superar la mencionada barrera en la fase clasificatoria.
También en el single sculls, pero entre las mujeres, la cubanita Yariulvis Cobas fue cuarta en su regata con 7:48.58, por detrás de la multimedallista del orbe, Kim Crow, de Nueva Zelanda (7:41.18), la azerí Nataliya Mustafayeva (7:46.01), y Micheen Thornycroft (7:47.10), de Zimbabwe.
La Cobas hizo el decimocuarto crono entre las 28 participantes y alcanzó el último boleto de su heat a los cuartos de final.
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