Con la entrada en vigor a partir del 14 de enero del próximo año de medidas como la eliminación del procedimiento de solicitud de Permiso de Salida para los viajes al exterior y la extensión de 11 a 24 meses del período de permanencia fuera del país de los residentes en Cuba que viajen por asuntos particulares, el gobierno cubano busca adecuar el escenario nacional a "las condiciones del presente y el futuro previsible".
Otros elementos reflejados en el documento, modificativo de la Ley de Migración del 20 de septiembre de 1976, responden a los supuestos que impiden la entrada o salida del territorio nacional, así como la obtención del pasaporte por residentes interesados en viajar.
A partir de los lineamientos aprobados en el VI Congreso del Partido -celebrado en abril de 2011- la Mayor de las Antillas impulsa acciones encaminadas a una mayor eficiencia y productividad, sin renunciar a la vocación social de la Revolución cubana.
Para alcanzar esas metas, el Estado se ha propuesto revisar y adecuar la base legal que rige la vida del país.
Los cambios recién anunciados en la política migratoria forman parte de un proceso de gradual flexibilización, teniendo en cuenta los efectos asociados y el escenario internacional, según afirmara el presidente Raúl Castro al intervenir ante la Asamblea Nacional, el pasado julio.
En ese propio foro, el mandatario había adelantado casi un año antes que las transformaciones en el sector constituirían "una contribución al incremento de los vínculos de la nación con la comunidad de emigrantes", dado el hecho de que "casi todos preservan su amor por la familia y la patria que los vio nacer y manifiestan de diferentes formas solidaridad hacia sus compatriotas".
Fuentes oficiales aseguran que la inmensa mayoría de los cubanos asentados en más de 150 naciones mantienen vínculos estables con su país y sus familiares.
Raúl Castro también recordó en el Parlamento el carácter económico de los movimientos migratorios a escala global, lo cual refuta campañas mediáticas para imponerle al mundo la visión de que los cubanos buscan dejar la isla por razones políticas.
Al mismo tiempo, advirtió que el país caribeño en sus decisiones no pude olvidar la hostilidad de Estados Unidos, con el bloqueo económico, comercial y financiero y la Ley de Ajuste Cubano como claras muestras de esa agresividad.
Además del estrangulamiento económico y la subversión, el robo de cerebros y el estímulo a la emigración ilegal han sido prioridades de la política de Washington denunciadas de forma sistemática por La Habana en los más diversos foros y escenarios internacionales.
En un editorial publicado este martes por el diario Granma a propósito de la actualización migratoria, se señala el objetivo de sucesivas administraciones norteamericanas de despojar a Cuba de personal calificado, como médicos, ingenieros y técnicos, en aras de impedir su desarrollo económico y social.
"Es por ello que, mientras persistan las políticas que favorecen el robo de cerebros (...) Cuba estará obligada a mantener medidas para defenderse en este frente", apunta el texto.
Granma recuerda el despojo de profesionales promovido por Washington desde el propio comienzo de la Revolución y la aplicación de la Ley de Ajuste por 45 años, como estímulo amplificado por los medios adversos a la emigración ilegal, al tráfico de personas y la muerte de inocentes.
Al considerar el uso del tema migratorio como un instrumento de ataque, el editorial insiste en su llamado a analizar el mismo sin pasar por alto la abierta hostilidad contra Cuba que ello representa.
El órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista descarta que las medidas migratorias anunciadas sean un hecho aislado, al enmarcarlas en un proceso paulatino inscrito dentro de la marcha "irreversible de la normalización de las relaciones de la emigración con su Patria".
Sin prisa pero sin pausa, tal como sugirió Raúl hacerlo. (Versión a texto de Prensa Latina)
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