A las seis de la mañana de este jueves salió al mar el huracán Sandy, todavía con vientos de huracán categoría 2, pese al azote durante cinco horas a lo largo de una trayectoria transversal de 150 kilómetros por el centro del Oriente cubano y su indiscutible embate en una geografía montañosa que contribuye a la desorganización estructural.
El meteoro abandonó territorio insular cerca de Cabo Lucrecia, en la provincia de Holguín, dejando tras de si una estela de daños de diversa magnitud, aunque reportes preliminares no dan cuenta de víctimas.
Muestra de cuánta fue la furia del organismo tropical durante el azote en la madrugada, lo da este dato: al salir al mar la estación del punto por donde abandonó Cuba registró vientos sostenidos de 165 kph, aunque hay evidencias de fluctuaciones durante su paso por la región oriental cubana.
Según datos del Instituto de Meteorología, la presion ha ido ascendiendo a 967 hpa y el fenómeno ha perdido estructura, aunque tal cual muestran las imágenes satelitales, en su recorrido por tierras cubanas mantuvo un ojo bien definido.
Sandy aumentó su velocidad de traslación a 30 kph y continúa alejándose de Cuba para cruzar por las Bahamas con categoría de huracán. Presionado por altas presiones continentales, luego inclinará su rumbo al nordeste y se adentrará en el Atlántico Central hasta perder características de fenómeno tropical.
Las autoridades advierten que toda la costa norte oriental cubana hasta la región central puede sufrir inundaciones, por lo que se pide mantener activadas las medidas de la Defensa Civil.
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