El encuentro estuvo enfilado a pensar en cómo construir una estrategia común para la presencia de todos los medios de prensa en el ciberespacio, a partir de las experiencias aplicadas en Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Cienfuegos y la provincia sede.
De acuerdo con lo expuesto por representantes de esos cinco territorios, resulta vital el diseño de una estrategia de comunicación para los medios digitales, por mucho mejor aceptados que los soportes tradicionales, aunque buena parte del personal periodístico aún no ha ganado conciencia plena de la importancia de hacerlo, y bien, con arreglo a las exigencias y condiciones de los tiempos de la web 2.0, pero en un escenario tan complejo como el cubano, con limitaciones de índole tecnológica y de conectividad sobre las cuales hay que sobreponerse.
Según las exposiciones de lo ponentes, el común denominador en la mayoría de los medios de prensa es el de la réplica burda en Internet de los mismos mensajes pensados para el semanario impreso o los noticieros de radio y televisión, desdeñando exigencias y reglas básicas que demanda la comunicación en Internet: síntesis, atractivo y empleo de la multimedialidad, entendida como tal la práctica de compartir recursos que hagan del trabajo periodístico un producto final con valores agregados.
Otros temas abordados durante el Primer Taller Territorial de Medios Cubanos en la Red fueron el uso eficiente de las redes sociales, con énfasis en Twitter y Facebook, además del aprovechamiento óptimo del espacio digital que ofrecen los Blogs o bitácoras personales para contribuir desde ellos a la difusión al mundo de la verdad de y desde Cuba.
Sobre el particular, Roberto Montesino, jefe del Departamento Ideológico del Comité Central de Partido, enfatizó en la importancia que para ello reviste dominar las nuevas tecnologías de la información, pues el debate permitió identificar, entre otros problemas, el predominio de temas de baja intensidad, poca intencionalidad a la hora de construir los mensajes, así como propensión en demasía a la automatización en las cuentas, dislate que deriva en ausencia de debate, escasa argumentación para defender puntos de vista y otros procederes que permitan, como bien se dijo, conquistar a un lector cada día más disperso e incrédulo ante la avalancha de la banalidad y el fetiche como propuestas de las sociedades del mercado y el capital.
Varias intervenciones permitieron un acercamiento a experiencias personales acerca del uso de las redes sociales para difundir contenidos interesantes y amenos que contribuyan a mostrar al mundo la verdadera imagen de Cuba, mientras también se insistía en la necesaria especialización y el aprovechamiento de las potencialidades de cada profesional de la prensa para que aquel se inserte en la red social que mejor domina o más le interesa.
Arturo Chang, periodista y administrador del Foro de discusión del periódico Vanguardia, relató experiencias sobre el trabajo particular en esa plataforma, y dijo que para defender a la Revolución y su proyecto social en la red de redes, los dos retos al periodista, en tanto requisitos básicos, resultan el talento y la adecuada tecnología.
En este último acápite cabe mencionar la persistencia de un escaso ancho de banda para ganar resolutividad en la difusión de los mensajes, además de otras carencias materiales que afectan la inmediatez de la información y el número de visitas a los sitios de la prensa cubana.
Por otra parte, se insistía en la necesidad de realizar estudios de audiencia, pues sin una segmentación adecuada no puede existir una estrategia de comunicación coherente. Pensemos en los jóvenes, en los niños, en el tipo de profesional que más nos consulta y en los países donde tenemos mayor cantidad de seguidores, solo así lograremos buenos resultados, coincidían en apuntar Adonis Subit Lamí, estudioso cienfueguero de la comunicación en Internet, y Marelys Concepción Díaz, directora del semanario Vanguardia.
Por su parte, Carmen Luisa Hernández Romero, jefa de información del periódico Adelante, significaba cómo la introducción de pequeños cambios en las rutinas de trabajo, permitió dar pasos en el camino hacia la conformación de la llamada redacción integrada, aquella donde el periodista alcanza un nivel polifacético que le permite agregar, a sus funciones habituales, elementos para el dominio de la técnicas del tratamiento de imágenes, la edición de audio, vídeo o incluso la elaboración de gráficos multimedia.
Se acordó organizar otra cita similar el próximo año en Cienfuegos, espacio donde ya podamos ir al examen a fondo de las mejores experiencias de cada territorio.
Así, entre puntos de vista comunes, experiencias divergentes, y cambios inevitables que debemos implantar en la prensa cubana en busca de credibilidad y eficacia informativa, sesionó el Primer Taller Territorial de Medios Cubanos en la Red, un espacio donde los periodistas del centro del país advirtieron que resulta esencial, además de conocerse e intercambiar experiencias, trabajar unidos en una misma dirección, reorganizar los planes editoriales, remover viejas mentalidades e incluso repensar si resultan pertinentes las rutinas productivas implantadas hoy en nuestros medios, objetivos todos enfilados a lograr el dominio de la Internet, esa herramienta que como bien alertó tempranamente un Fidel consciente de que la tecnología no es ni buena ni mala, sino poder en las manos de quienes la tienen, parece inventada para nosotros.
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