Jean-Guy Allard
Mientras desata su ruidosa campaña de terror contra Edward Snowden y los países que pudieran darle asilo, Estados Unidos se olvida olímpicamente de los oficiales de sus servicios de inteligencia que cometieron atrocidades en varias partes del mundo -cuyos crímenes aún permanecen impunes-, y viven fuera de las fronteras norteamericanas.
Uno de estos personajes, que se “distinguió” en Europa y ahora se beneficia de la protección imperial aunque esté radicado en América Latina, es Robert Seldon Lady, alias “Mister Bob”, el ex jefe de la estación de la CIA en Milán, quien dirigía a 23 agentes de la “super agencia” yanki condenados en Italia por secuestrar, torturar y luego ‘desaparecer’ al clérigo egipcio musulmán Abu Omar en la referida ciudad italiana allá por el año 2003.
Además de este secuestro a lo Hollywood que terminó en un total fracaso, se ha demostrado que Seldon Lady era el elemento clave de la red que desde Honduras y El Salvador traficó armas por cocaína a favor de la contra nicaragüense en los años 80.
Vinculado a John Negroponte, Félix Rodríguez Mendigutía y hasta Luis Posada Carriles, (el “Klaus Barbie” reclamado por Venezuela), Seldon Lady fue condenado en ausencia por un tribunal de Milán que sigue en espera de su hipotética reaparición. Pero "Míster Bob" no aparecerá nunca: la CIA lo proveyó de una póliza de seguro, tal como ha hecho con otros de sus peores crápulas.
El 4 de noviembre de 2009, el juez italiano Oscar Magi dictó prisión para los norteamericanos, pero la sentencia no puede ejecutarse porque Estados Unidos sigue dando cobertura a sus espías delincuentes y se niega rotundamente a su extradición, a pesar de sus crímenes.
Ocurre que Seldon Lady, un norteamericano de 59 años, nació en Honduras y participó con su propio padre en operaciones de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos en la guerra sucia contra los Sandinistas nicaragüenses, antes de sumarse después de 2001 en una “Operación Cóndor” en versión para el Medio Oriente.
El juicio contra Seldon Lady fue el primer proceso penal en el mundo vinculado con las “entregas extraordinarias” que autorizó George W. Bush después de los atentados del 11 de Septiembre, con sus secuelas de cárceles secretas, funestas sesiones de tortura y desapariciones.
Tal fue el caso de Abu Omar, secuestrado en una calle de Milán en febrero de 2003, llevado a la base militar de Guerzoni y, tras ser introducido en un automóvil sin ventanillas, trasladado a la base aérea norteamericana de Aviano, desde donde lo llevaron a la de Ramstein, en suelo alemán, con la complicidad de Alemania. Desde allí Abu Omar fue conducido a la capital egipcia, El Cairo, donde fue torturado con la participación activa del mismísimo “Bob” Seldon Lady.
Hasta el Parlamento Europeo reconoció que varios gobiernos europeos, entre los más propensos a predicar los derechos humanos en el mundo, ayudaron a cubrir las transferencias secretas de sospechosos a cárceles secretas donde fueron secuestrados, torturados y, en varios casos, ‘desaparecidos’.
UN AGENTE CÓMPLICE SE ESCONDE EN MEXICO
Entre los miembros del comando que realizó el kidnapping (secuestro) bajo el mando de Seldon Lady, el caso de la oficial CIA Betnie Medero también tiene su lazo con América Latina. Esta mujer de 33 años fungía como segunda secretaria de la embajada norteamericana en Roma, un tipo de cobertura común ofrecida por el Departamento de Estado a sus agencias de inteligencia.
Llegó a Italia en agosto de 2001 con esas credenciales diplomáticas y, según el diario Corriere della Sera, dirigió en el terreno el secuestro, además de asegurar el transporte del rehén hasta la base estadounidense de Aviano, en el norte del país. Se cree ahora que se trasladó a México, donde mantiene contacto con la embajada de EE.UU., afirmaba el mismo periódico italiano.
Medero tuvo dos principales cómplices en esta acción, que parece calcada de una película de “cowboys”: James Thomas Harbison, de 58 años, y Vincent (o Vicent o Vicente) Faldo, de 57 años –igualmente libres sin que jamás se les haya juzgado.
Como si no fuera suficiente, los archivos revelan que en Honduras, “Bob” Lady manejó su “business” con Manuchar Ghorbanifar, el sulfuroso negociante iraní de siniestra fama, la venta secreta de armas a Irán que, con las operaciones de narcotráfico dirigidas desde El Salvador por Félix Rodríguez Mendigutía y Luis Posada Carriles, provocó el mayor escándalo que sacudió a la administración Reagan.
Estas operaciones también se desarrollaron paralelamente con la red de contrabando del multimillonario Gerard Latchinian, padrino del empresario Yehuda Leitner, quien tiempo después fue proveedor de armas y equipos de represión a la dictadura del golpista hondureño Roberto Micheletti.
¿Màs aún? Su nombre fue luego asociado al “Nigergate”, escandalosa operación de desinformación que justificó la ocupación de Irak bajo el pretexto imaginario de que Saddam Hussein buscaba comprar uranio a Níger.
Seldon Lady salió corriendo de Italia en junio de 2005, con su esposa Martha, cuando supo que la justicia del país mediterraneo estaba interesada en el secuestro de Abu Omar.
Todas las pistas lo ubican ahora en Centroamérica, esta región del mundo adonde Edward Snowden ni puede llegar por la ferocidad asesina de sus antiguos jefes, que recompensan y protegen a los asesinos y juran matar a quienes les abandonan. (Versión mejorada)
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