En medio de los recortes y la crisis económica, el Gobierno de EEUU ha destinado millones de dólares de fondos públicos a una fallida campaña mediática contra Cuba, con el fin de retransmitir desde un avión programación subversiva a potenciales receptores en la Isla.
Recientes ajustes presupuestarios le cortaron las alas al proyecto AeroMartí, vigente desde 1985: los vuelos fueron suspendidos y el avión ha quedado aparcado en un hangar, pero aun así, el programa sigue en pie mediante la transmisión por vía convencional, un verdadero contrasentido frente al cual muchos estadounidenses preguntan porqué insistir con gastos millonarios que, literalmente hablando, "se esfuman en el aire".
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