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domingo, 3 de noviembre de 2013

Sólo el software libre puede librarnos del coloniaje de EEUU en Internet, afirma especialista

Rafael Bonifaz, destacado activista
ecuatoriano de software libre.
La afirmación puede parecer rotunda, pero si de un lado analizamos el monopolio que en materia tecnológica mantienen las grandes corporaciones lideradas por el gigante Microsoft, y del otro la dependencia que esa relación determina, con consecuencias nefastas como la del sonado escándalo mundial de espionaje destapado por Edward Snowden, ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA por sus siglas en inglés), cabe entonces dar crédito a la aseveración ofrecida por Rafael Bonifaz, uno de los más destacados activistas de software libre en Ecuador y América Latina, en entrevista para el diario digital ecuatoriano La Marea.
Fundador y primer presidente de la Asociación de Software Libre del Ecuador (ASLE), Bonifaz recién participó en el IV Congreso Internacional Itinerante de Software Libre celebrado el pasado mes en Quito, donde temas como las implicaciones del espionaje y la falta de privacidad en Internet fueron centro de los debates.

En su criterio, y por una cuestión más que todo de soberanía tecnológica, de control sobre las plataformas de trabajo, en América Latina el tema de software libre es bastante más político que en otras partes del mundo, pero a pesar de los esfuerzos de integración regional, ha faltado cooperación real entre los países que usan soportes de código abierto. "Falta colaboración cuando podríamos integrar a personas de diferentes países a trabajar juntas. Si hay un país en la región que destaca en este momento es Brasil, donde incluso están cuestionando la gobernanza de Internet por los Estados Unidos.
"Brasil siempre ha tenido un liderazgo en el uso del software libre pero las revelaciones de Snowden y particularmente cuando vieron que espiaban a la presidenta Dilma Roussef, fue como la gota que derramó el vaso y el país dio un paso adelante [...] Hoy en día si entendemos un poco cómo funcionan las comunicaciones, todos los países del mundo somos colonias en Internet. En realidad existe un imperio, que es Estados Unidos, y todos nosotros somos dependientes de este imperio".
Según Bonifaz, la solución está en la adopción del software libre, único camino para ser menos vulnerables a partir de una plataforma sobre la cual establecer relaciones de confianza. "Sabes cómo está hecha, podemos auditar esos códigos y hasta mejorarlos si fuera el caso. Pero incluso con el software libre no es suficiente. Se necesita la criptografía para que la comunicación no pueda ser interceptada [...].
"Cuando uno usa Internet va con cámaras y micrófonos que nos siguen todo el tiempo y están registrando lo que hacemos. Si realizamos una búsqueda en Google están conociendo lo que pensamos o si escribimos un correo electrónico saben con quién nos comunicamos y qué es lo que decimos. Y todo eso es accesible para otras personas. En cambio, en la vida privada si nos sentamos a conversar probablemente tendremos privacidad, aunque ahora con el celular en el bolsillo es más difícil. Así que, como está diseñado Internet, la privacidad no existe. A través del software libre y la criptografía se puede tener privacidad de alguna forma parecida a la que uno tiene en el mundo real. Cuando uno ve una cámara sabemos que estamos siendo vigilados, es más fácil entender que uno está siendo espiado. Por eso, cuando uno encripta el correo electrónico y lo hace con la mejor tecnología es muy difícil que incluso la NSA pueda descifrar mi correo electrónico. Y si todos encriptamos es mucho más difícil y más caro para ellos poder descifrar los correos de todos".
Añade el especialista que lo más importante en este momento del espionaje informático es que tenemos la tecnología para que nosotros mismos podamos defender nuestra privacidad. "Yo invitaría a todo el mundo a investigar sobre el software libre y la criptografía. A que vayamos usando la tecnología por el bien de la sociedad y no la sociedad para el bien de las corporaciones que desarrollan la tecnología".
Cuestionado acerca de cuál considera el asunto de mayor urgencia ahora mismo, Bonifaz señala que después de las revelaciones de Snowden muchos gobiernos y personas comunes también se han percatado del riesgo y han comenzado a tomarse este tema un poco más en serio. "...Se han dado cuenta de que teníamos razón y nos han dado espacios [...] Hay ese interés porque, o usamos la tecnología para comunicarnos de forma segura, o agachamos la cabeza y decimos que está bien que nos espíen, que somos países de segunda, ciudadanos de segunda".

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