carta abierta al presidente, Barack Obama, que adopte medidas ejecutivas para ampliar “los cambios ya en marcha” en la relación con Cuba, pero en Washington están sordos, cada vez más sordos.
La misiva, que cuenta con el apoyo de Cuba Study Group CSG y el Consejo de la Américas, reconoce los avances del Gobierno estadounidense para abrir los viajes a las familias cubanoamericanas y ampliar las remesas, pero anima a que dé un paso más en un momento en el que señalan que la opinión pública es favorable a un acercamiento, según refiere la agencia espa;ola EFE.
Estados Unidos, advierten, “se está quedando cada vez más solo internacionalmente en su política hacia Cuba” y aunque “en el actual clima político poco se puede hacer legislativamente” el Gobierno “puede ayudar a los cubanos a determinar su propio futuro construyendo políticas de reforma” como las que ya ha comenzado.
Los firmantes sugieren que se extienda un permiso generalizado de viaje que incluya intercambios de organizaciones profesionales, incluidas aquellas especializadas en derecho, sector inmobiliario, servicios financieros y de crédito y cualquier área orientada a apoyar la “actividad económica independiente”.
También piden ampliar los permisos de viaje a las organizaciones no gubernamentales y las instituciones académicas y que se les autorice a abrir cuentas en bancos cubanos con fondos para apoyar programas educativos en la isla.
Las propuestas incluyen, además, que el Gobierno estadounidense inicie un diálogo “serio” con sus pares cubanos sobre temas humanitarios -como la liberación de Alan Gross- y otros como la seguridad nacional, la inmigración y la interdicción de drogas.
Entre los firmantes están John Negroponte, ex subsecretario de Estado y ex director de inteligencia nacional con el gobierno del presidente republicano George W. Bush, y el excomandante supremo de la OTAN y ex comandante del Mando Sur, James Stavridis.
También figuran tres ex subsecretatios de estado para el hemisferio occidental (Jeff Davidow, Alec Wastson y Arturo Valenzuela); el ex subsecretario de estado Strobe Talbott; intelectuales como Moises Naim y miembros de la comunidad cubano-americana.
De cara a aumentar el apoyo a la sociedad civil abogan por permitir remesas ilimitadas, aunque no sean para familiares, con el fin de “apoyar actividades independientes” en Cuba, y extender el tipo de bienes que los viajeros pueden llevar a la isla para ayudar a los pequeños empresarios.
Asimismo piden autorizar la importación y exportación de algunos bienes y servicios entre el sector privado estadounidense y emprendedores cubanos independientes; permitir a las ONG estadounidenses y otras organizaciones que concedan préstamos a pequeñas cooperativas, agricultores y microempresas en Cuba.
En el ámbito educativo, solicitan que se permita a las instituciones académicas emitir becas para estudiantes cubanos destacados; promover el intercambio de estudiantes en el ámbito agrícola, y que se permita a empresarios cubanos participar en becas en empresas estadounidenses y ONG.
Además piden autorizar la venta de hardware de telecomunicaciones en Cuba y dar las licencias necesarias a las instituciones financieras que ahora tienen prohibido realizar transacciones con la isla para que puedan hacerlo.
El ex secretario del Interior Ken Salazar; la ex secretaria de Trabajo Hilda Solís; los exjefes de la sección de intereses de EEUU en Cuba (Vickie Huddleston y Michael Parmly), el obispo episcopal del sureste de Florida, Leo Frade, y David Rockefeller, presidente honorario del Council of the Americas también están entre el casi medio centenar de figuras que suscriben la petición.
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