Julio Martínez Molina
Sinceramente, ya perdí la cuenta de las semanas en lista dentro de “lo más pega'o” del programa televisivo Piso 6 del tema Blurred Lines, del cantante Robin Thickle. Dicho número, en extremo polémico en Estados Unidos e Inglaterra, llegó a prohibirse incluso en estaciones radiales de varios países y fue censurado por innumerables organizaciones femeninas del planeta.
No sé si alguno de los programadores se tomó el trabajo de buscar un traductor, pero el hit (éxito del verano pasado en el universo anglosajón, lo cual habla por otro lado del desfase que tenemos, pese a dárnosla de “adelantados” y “exclusivos”) dice, de forma exacta, cosas tan ofensivas para la mujer como las siguientes: “Sé que lo quieres, eres la zorra más caliente, te daré algo suficientemente grande que partirá tu c… en dos”. Me reservo el resto, porque no cabe en las líneas de un órgano de prensa.
Lo doloroso del caso es que, mientras respaldamos estas u otras muchas lenidades “artísticas”, nuestros medios, de un país socialista, de una ideología de izquierda (y recién acontecidos los Congresos de la UPEC y de la UNEAC, donde se censuró bastante lo anterior) obliteran, eliden; en otras palabras se pasan por el cepillo u olvidan darle un empujoncito a la promoción de Multi Viral, último disco de Calle 13, provisto de una plataforma política que, hoy día y visto como está el patio, no creo yo tenga parangón en el planeta.
En momentos cuando diversos artistas que responden a pautas ideológicas dictadas por el mercado discográfico, o presos de una dolorosa confusión, han puesto su canto al servicio de la causa imperialista y en contra del gobierno del pueblo de los venezolanos o a favor de la cúpula fascista al frente de Kíev, este dúo puertorriqueño le está dando al mundo (otra vez) un ejemplo de claridad ideológica, compromiso, visión, pensamiento propio en Multi Viral (2014). Por consecuencia, empequeñece y avergüenza a aquellos, por obra de inducción. A alguno de los primeros se le pudiera replicar con las palabras del tema Adentro, track 7 del propio disco: “Dispara lo que quieras, raperito maleantoso; aquí no gana el más maleante, gana el más ingenioso”.
En el tema cinco del fonograma (quinto en su ejecutoria, primero grabado por su propio sello discográfico, El Abismo, y lanzado en las redes sociales de manera gratuita) el homónimo que le da título a la placa, se escucha esta reflexión: “El que controla, el que domina, quiere enfermarte pa venderte medicina, nos endrogan, nos embrutecen, cualquier pregunta que tengamos la adormecen. Son las mentiras recalentadas, nos alimentan con carne procesada y la gente sigue desinformada. Una noticia mal contada es un asalto a mano armada”. En la pista 9, titulada Los idiotas, suscriben que “un idiota es aquel que no aprende del pasado, un desinformado que no escucha al informado (…) nada más preocupante que un idiota peligroso. Su arma más peligrosa es desinformar a la gente, son idiotas peligrosos “.
Pero no solo hay poesía política en el último trabajo de Calle 13; sino además poesía romántica del sello más inmarcesible. Pienso por ejemplo en el track 4, Ojos color sol, el cual comparten con Silvio Rodríguez (en el disco intervienen además Eduardo Galeano; Julian Assange; la cantante israelí de padres palestinos Kamilya Jubran; el guitarrista norteamericano Tom Morello, de Rage Against The Machina; el líder social estadounidense Vernon Foster; el actor de raíz colombiana John Leguizamo y el rapero francés Biga Ranx) y donde el receptor agradece el lirismo de letras tales: “Abriste los ojos y el sol guardó su pincel / porque tú pintas el paisaje mejor que él / cuando amanece tu lindura / cualquier constelación se pone insegura / tu belleza huele a mañana / y me da de comer durante toda la semana / tus ojos hacen magia, son magos, los abriste y ahora se reflejan las montañas en los lagos”.
Fundada en 2005 por René Pérez Joglar (Residente) y Eduardo José Cabra Martínez (Visitante), Calle 13 representa, hoy por hoy, una suerte de conciencia crítica de la música continental sobre diversidad de fenómenos políticos, sociales y culturales. De hecho, imprescindible ya dentro del catálogo sonoro latinoamericano con proyección de perdurabilidad. No son francotiradores sin fronteras, tal algunos impugnadores sostienen; ni tienen nada que ver con el reguetón, como otros aun a estas alturas creen y la banda se encarga de esclarecer en cada entrevista al situarlo en su justo lugar de “producto enlatado”, cual sostienen sin ambages en declaraciones y canciones.
Ellos mismos se definen en Gato que avanza, perro que ladra, el tema 12 de Multi Viral: “Nosotros somos la fusión, somos una combinación diferente que provoca discusión. Para darles una definición general, la Calle 13 es transexual, es la mezcla de más de un género musical (…)”.
Y llevan claro el blanco de su furor. Querido FBI, Qué lloren, La bala, Calma pueblo, El hormiguero o Latinoamérica constituyen temas de sólido sustento social que o bien denuncian o bien desmontan actitudes cínicas y criminales, instancias de expresión seudoculturales o mecanismos para engañar u oprimir a los pueblos enarbolados por los centros de poder mundiales. Al margen de lo contagioso de su ritmo o la palabra dura que suelan soltar (estas siempre al servicio de una idea), son las suyas letras de fortísimo basamento conceptual, para ser escuchadas; pero además para ser leídas y repasadas.
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