José Manzaneda
Más de tres millones de personas de 34 países —principalmente de América Latina— han sido operadas de la visión, en los últimos 10 años, gracias a la llamada Operación Milagro, programa de solidaridad de los Gobiernos de Cuba y Venezuela. Tres millones de personas sin recursos para costear una operación que hoy —en su mayoría— seguirían ciegas.
La noticia es espectacular. Pero más espectacular es… que no haya sido noticia en ningún gran medio internacional. Es la censura implacable a cualquier información positiva sobre Cuba o Venezuela.
La que aplica, por ejemplo, el diario español El País. Recientemente, este diario publicaba una serie de 10 crónicas y fotorreportajes sobre la cooperación internacional en Haití, firmadas por Mauricio Vicent . Curiosamente, quien por ser corresponsal en La Habana durante 20 años conoce a la perfección el papel solidario de Cuba en Haití, no mencionaba ni una sola vez a Cuba en los citados 10 trabajos.
Recordemos que cada crónica de Mauricio Vicent desde La Habana era un dardo contra el Gobierno cubano, a quien, de manera sistemática, responsabilizaba de cada problema económico y social en el país. En sus crónicas sobre Haití, por el contrario, las calamidades sociales de las que informa no son responsabilidad ni de los gobiernos, ni del sistema (capitalista), ni del modelo económico neoliberal y neocolonial impuesto durante décadas.
Vicent compara los bajísimos índices de desarrollo humano de Haití con los de República Dominicana, pero no con los de Cuba. Califica la tasa de mortalidad infantil de Haití como “escandalosa”: 70 por cada 1000 nacidos vivos, frente a los 21,3 de República Dominicana. Ni mencionar por supuesto los 4,2 de Cuba, el país cuyo sistema político y social denostó durante años: una tasa diecisiete veces menor a la de Haití, cinco veces menor a la de Dominicana, e inclusive inferior a las de EEUU y Canadá.
El País ensalza la labor en Haití —sin duda positiva— de Médicos del Mundo, de Fe y Alegría y de las Hermanas de la Caridad. Pero de la gigantesca solidaridad de Cuba, ni una palabra. Y censura datos que merecerían sin duda una amplia cobertura informativa internacional. Por ejemplo:
- Desde 1998, han pasado por Haití más de 11 mil cooperantes de Cuba, la mayoría médicos. Han atendido a más de 20 millones de pacientes, 680 mil en sus propias viviendas. Han realizado más de 373 mil intervenciones quirúrgicas y 150 mil partos, salvando la vida a más de 300.000 personas. 322 mil han sido atendidas en centros de rehabilitación, y más de 60 mil operadas de la visión. Hoy permanecen en Haití cerca de 700 cooperantes.
- Esta solidaridad cubana se extiende también a la educación. Más de 250 mil personas han sido alfabetizadas en Haití con programas cubanos, y cerca de mil 300 estudiantes se han graduado en universidades de la Isla, con becas por el Gobierno cubano. En la actualidad estudian 322, la mayoría en la Escuela Latinoamericana de Medicina, que prepara al alumnado haitiano para después acudir a los lugares más necesitados de su país.
- Los acuerdos de la llamada cooperación triangular Sur-Sur entre países de América Latina también han desaparecido de la agenda de los medios. Por ejemplo, Brasil ha financiado tres centros hospitalarios en Haití, atendidos por la cooperación médica cubana. Uno de ellos es el Instituto Nacional de Rehabilitación, que da servicio a más de un millón de personas con alguna discapacidad física. Y más de 30 hospitales comunitarios se remodelan o construyen gracias a la colaboración solidaria de Venezuela y Cuba.
Pero ni uno solo de estos datos ha aparecido en las más de 10 crónicas sobre la ayuda internacional a Haití firmadas por el excorresponsal de El País en Cuba Mauricio Vicent, hoy aquejado, al parecer, de una preocupante amnesia transitoria.
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