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jueves, 9 de junio de 2011

La primera falange, una frase del Che y las visas yanquis a los golpistas en Honduras

Jorge Ramón Hernández Alcerro,
embajador de Honduras ante la OEA,
entrega sus cartas credenciales al
secretario general José Miguel Insulza.
Héctor R. Castillo Toledo

Con su mente preclara el Comandante Ernesto Guevara alertó desde bien temprano que "...no se puede confiar en el imperialismo, pero ni tantico así, nada". Quizás inspirado en esa prédica no se equivocó Ecuador cuando hace unos días su gobierno se negó de plano a dar su voto por el retorno de Honduras a la Organización de Estados Americanos (OEA).
Desde mi postura de voraz lector asisto a los vaivenes que ha desatado el acuerdo, celebrado por unos, mirado por otros con recelo. Y no cesa de martillarme en la mente la voz del Guerrillero de América: "...no se puede confiar (...) ni un tantico así, nada", y hasta me imagino su ademán mostrando con la juntura del índice y el pulgar de su mano izquierda el minúsculo tramo que los pueblos del mundo, todos, no estábamos (ni estamos) en condiciones de concederle en regalía al voraz imperialismo.
Me anticipo a quienes creerán hallarse en el deber de aclararle a este escribidor la prioridad de la cual precisan algunos asuntos a escala hemisférica, sobre todo si de consolidar la unidad se trata. Como mismo dijo Martí hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas; hay otras cuya solución no espera a mañana. Es hoy o nunca. Lo sé.
Pero vea usted, que ahora me lee, si llevaba o no razón el argentino universal cuando pronunció su eterna sentencia: resulta que la primera acción que realizó este lunes el embajador de Honduras ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Jorge Ramón Hernández Alcerro, fue solicitar al Departamento de Estado de Estados Unidos que se le restituya la visa a los autores materiales e intelectuales del golpe de Estado del 28 de junio de 2009.
La noticia, calificada de insólita por varios medios hondureños y de otras naciones, trasciende luego que Hernández Alcerro informara a periodistas en la 41 asamblea general de la OEA, que se desarrolla en El Salvador, que el gobierno de Estados Unidos considerará “levantar” el castigo que impuso a quienes defenestraron a Manuel Zelaya Rosales en respuesta al régimen dictatorial que surgió tras la asonada ideológica-empresarial-militar.
Y tras el anuncio del embajador, la avalancha de reacciones sobre la solicitud no se hicieron esperar: El presidente al parecer vitalicio de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), Adolfo Facussé, uno de los que puso plata y manejó hilos para el cuartelazo, tiene la “esperanza” de que le revaliden el documento, después que en septiembre de 2009 fuera devuelto a Honduras al intentar ingresar a Estados Unidos por el aeropuerto de Miami.
Facussé se dirigía a hacer “lobby” con representantes estadounidenses a fin de fortalecer la dictadura de Roberto Micheletti Baín, sin embargo, regresó al país apenas con una bolsa de papel.

COMO SHOW BIEN ENSAYADO

Y como el guión de este nuevo show está más que bien ensayado, desde el primero hasta el último bocadillo del reparto actoral, ya llegan noticias desde Yanquilandia, donde figuras del sector ultraconservador dentro del Partido Republicano exigen al presidente Barack Obama que “restituya las visas a los funcionarios de la dictadura liderada por Roberto Micheletti”.
La solicitud fue encabezada por el congresista de extrema derecha por La Florida, Cornelius McGillicuddy, alias “Connie Mack IV”. Se la formuló al subsecretario de Estado para América Latina, el chileno Arturo Valenzuela, en una reunión que sostuvieron ambos en fecha reciente. “Connie” apoyó al gobierno dictatorial ya que, según palabras textuales del representante, bajo el régimen de Micheletti “se detuvo el comunismo”.
Por supuesto no podía faltar su pareja farolera en la comparsa: la presidenta del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Ileana Ros-Lethinen. La Bruja del Congreso, como la apodan en la corte, envió por su cuenta y riesgo (recuerden que en este sórdido mundillo del lobbysmo importa sobresalir y anotarse puntos) una carta al Consejo de Seguridad Nacional, adscrito a la Casa Blanca, también intercediendo por los golpistas para que a éstos se les permita ingresar con “tranquilidad” a suelo “gringo”.
Nos es muy amplio el listado de empleados y cuadros de la dictadura a quienes se les canceló la visa estadounidense por haber quebrado el orden constitucional en Honduras. La orden, aunque en apariencias drástica, se quedó sólo en eso, a pesar de que el gobierno de Barack Obama pudo haber dispuesto medidas mucho más severas que facilitaran, de conjunto con la repulsa popular y el movimiento de resistencia al golpe, la caída de los usurpadores.
Pero patrocinador al fin del bataclazo, con la cancelación de visas Estados Unidos quedaba a los ojos del mundo como el "implacable" velador del orden.
He aquí la fauna "lastimada" con el veto: a la cabeza, Roberto Micheletti, apodado, entre otros, como "Chancha Blanca", "Cabeza de Ajo" y el más conocido y publicitado, "Goriletetti"; Carlos López Contreras, "Carlos roba carteras"; Martha Lorena Alvarado (muy fuerte el alias, impublicable y guarda relación con los obispos); Adolfo Lionel Sevilla, "El doble cara"; José Alfredo Saavedra, "El vende represas"; Ramón Custodio López, "Bala de goma"; Marcia Facussé Andonie de Villeda, "La Calígrafa"; Antonio César Rivera Callejas, "Lalo Chocoyos"; Leonardo Villeda Bermúdez, "Ave del Infierno"; Amílcar Bulnes, "Shrek ratero"; Alejandro Álvarez, "El Desconocido"; Santiago Ruiz, "El Placas"; Benjamín Bográn, "El Turista Arrimado"; Luis Larach, "Tuercas de Golpe"; Adolfo Facussé, "Quiebra Bancos"; Romeo Vásquez Velásquez, "Cut Maker"; José Tomás Arita Valle, "El Rufian"; Luis Alberto Rubí, Leonardo Villeda, Gabriela Núñez y los señores magistrados de la Corte Suprema de Justicia, estos últimos hasta ahora sin un alias develado, aunque a lo mejor aparece alguno más tarde.
Fiel al credo martiano de tener fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, me resisto a creer que el pueblo noble de Honduras y los firmantes en la ciudad colombiana de Cartagena del denominado "Acuerdo para la Reconciliación Nacional y la Consolidación del Sistema Democrático en la República de Honduras" dejen pasar este "detalle". Sería como santificar el golpe y encima de ello rezar diez Avemarías por quienes a culatazos sacaron de la cama al mandatario constitucional aquella madrugada del 28 de junio de 2009.
Ni el Ché se equivocó ni tampoco la sabiduría popular, que atesora en un viejo adagio el mismo sentido de las premonitorias palabras de Guevara, sólo que a escala mucho más general: "nunca des un dedo; terminarán por tomarte la mano entera".

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