"Para no hacer de mi icono pedazos, para salvarme entre
únicos e impares, para cederme un lugar en su Parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares. Me vienen a
convidar a arrepentirme, me vienen a convidar a que no
pierda, me vienen a convidar a indefinirme, me vienen
a convidar a tanta mierda."
Silvio Rodríguez
únicos e impares, para cederme un lugar en su Parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares. Me vienen a
convidar a arrepentirme, me vienen a convidar a que no
pierda, me vienen a convidar a indefinirme, me vienen
a convidar a tanta mierda."
Silvio Rodríguez
HACE UNOS DÍAS un amigo cubano fotógrafo que también vive en Europa me contaba que lo acababan de tildar como el fotógrafo del G2 cubano. Yo le dije: “Oye compadre que casualidad, a mí me acaban de acuñar como un espía de de la seguridad cubana”. En una fiesta entre cubanos en Berlín otro coterráneo al saludarme me preguntó: “¿Dime chico, tú eres teniente o capitán?”. La pregunta me cogió de sorpresa, al principio no entendí lo que me quiso decir hasta que me comentó: “Oye compadre, cómo me gustó esa carta que le escribiste a esa Yoanis”. Le pregunté ¿Chico y que tiene que ver eso con el grado de teniente o capitán? “Es un chiste hermano, no te pongas bravo”, me contestó con una sonrisa con la que al perecer pretendía disculparse.
Parece como si el mundo de hoy estuviera lleno de agentes del G2 por todas partes. El “síndrome del G2” es una de las “enfermedades” más diseminadas entre los enemigos de la revolución cubana. A lo largo de estos 52 años han estado viendo a la seguridad cubana en todas partes. Basta con irles a la contraria, tener otra opinión, disentir de sus ideas, criticarlos o aborrecerlos y ya automáticamente se le tilda a uno de ser un agente del G2. Acabo de leer en un periódico de Miami el artículo de un “experto” que se refiere a los “objetivos de interés para el espionaje cubano”. En el mismo se le trata de “explicar” a los incrédulos de la comunidad cubana todas las variantes habidas y por haber que aparentemente utiliza la seguridad cubana en sus “acciones contra la “seguridad” de los EE.UU.
Los mismos cuentos y chisme de siempre. No escatiman esfuerzos para presentar a Cuba y a otros países de los llamados “malos” como un peligro para la seguridad de los EE.UU., un país donde entre Hollywood por una parte y sus especialistas en publicidad y propaganda por la otra han pretendido hacernos creer que es el más “poderoso del mundo”. Sus políticos al parecer se lo creen, sino como se puede explicar que cada un par de años inventen un enemigo para comenzar una nueva guerra. Catalogar a cualquier país del mundo como un peligro para la seguridad de los EE.UU. es una de las categorías más absurda que los señores de la Casa Blanca se han inventado. El hecho de que un país que tiene metida las narices en casi todos los conflictos internacionales existentes, que no respeta la soberanía nacional de ninguna nación incluyendo la de sus llamados aliados o marionetas y que no escatima esfuerzos para hacerle creer a sus ciudadanos que en algún lugar de este mundo existen estados que constituyen un peligro para su seguridad nacional para de esta forma justificar sus guerras genocidas, no es solo perverso sino tonto y aberrante.
Países como Cuba son los que tiene que cuidarse con todos los medios (cuando digo con todo los medios me refiero a todos los medios), para que sus ciudadanos no sean víctimas de las mismas bombas que hoy están masacrando a los pueblos de Irak, Afganistán, Pakistán y Libia y para que los malditos terroristas que andan sueltos por ahí no sigan aterrorizando a nuestro pueblo.
Hay un comentario en el artículo que llama la atención por la ridiculez del contenido en el mismo. El ponente, que dicho sea de paso realiza su ponencia en un acto organizado en la Casa Bacardí, en la ciudad de Coral Gables (casualidad de las casualidades) sostiene la tesis de que existen casos de actores norteamericanos como Danny Glover y Sean Penn, que son “amistosos con La Habana” y que son utilizados para hacerle propaganda al “régimen”.
A estos especialistas y expertos del terror no les puede caber en la cabeza que en el mundo existan millones de personas, científicos, políticos, artistas, ciudadanos comunes y corriente que sienten simpatía hacia el pueblo de Cuba y hacia su Revolución a los cuales no se les puede comprar. Estos señores no logran comprender que hay principios como los de solidaridad y humanismo que no tienen precio. Su incredibilidad llega a tal punto que no son capaces de entender porque la revolución cubana y sus líderes son tan populares entre las naciones más pobres del planeta.
Durante un viaje a Egipto en una excursión al desierto nuestro guía no pudo contener su alegría al enterarse de que yo era cubano. Su primera reacción fue ponerme la mano en el hombro y decirme “Fidel Castro ist ein Gute Mann (Fidel Castro es un buen hombre) y los americanos siempre están inventando cosas malas”. Después me contó lleno de orgullo que en un Hotel cercano al nuestro trabajaba un médico que había estudiado en Cuba ¿Comprenden los que le quiero decir? En el medio del desierto de Sahara no solo se conocen las cosas buenas de nuestra patria sino los desmanes de sus detractores. Pase por allá y pregunte por los EE.UU. para que se entere como piensa la mayoría de los pueblos musulmanes de nuestros “amigos” del Norte.
Un amigo de Miami me contaba que él había aprendido a amar a la revolución cubana de verdad cuando comenzó a tener contacto con esos pícaros de Miami que desde hace más de cinco décadas tienen dormido a medio mundo con el cuento de salvar a Cuba del comunismo. El gobierno de la Casa Blanca ha invertido desde el 2007 casi 100 millones de dólares para que sus agentes y marionetas en la Florida y en Cuba traten de destruir a la revolución cubana. El 80 % de este presupuesto se queda en las arcas de los pícaros de Miami y el 20 % se lo reparten entre si los pícaros de La Habana. A los guajiros del campo les toca como siempre unas migajas. El vivo vive del bobo y el bobo del pinareño, diría mi abuelo (yo como pinareño me incluyo). Los políticos del Tío Sam ahora hacen como si se sorprendieran cuando se enteran por ejemplo de que un empleado del Center for a Free Cuba se apropió ilegalmente de más de medio millón de dólares mientras otros utilizan el dinero del contribuyente norteamericano destinado a la “libertad de Cuba” en comprarse abrigos de pieles para combatir al perecer al comunismo “friolento”.
Lo cómico de toda esta comedia política es que después se preguntan ¿Por qué no se cae? Y como que nadie escarmienta por cabeza ajena, el gobierno norteamericano ha resuelto en estos días poner a disposición de los mismos pícaros de siempre nada más y nada menos que 20 millones de dólares para inducir una “revolución primaveral” en Cuba como si con dinero se resolviera todo. De este presupuesto 6 millones de dólares serán destinados a pervertir a los niños cubanos de entre 12 y 18 años de edad. Así de sencillo lo deciden estos políticos y su gusanera como si inmiscuirse en la vida interna de un país que ha logrado mucho más en materia de educación que sus propios detractores, fuera la cosa más normal del mundo.
Hace unos días se me ocurrió escribirle una “Carta a Yoanis” refiriéndome a su “crónica que no fue” acerca de la realidad cubana. Después como para ponerle la tapa al pomo se me ocurrió escribir un artículo sobre la doble moral de la ONU y el Consejo de Seguridad titulado “La ONU, su Consejo de Seguridad y el cuento de la paz y la seguridad entre los pueblos”. La reacción no se hizo esperar. Los unos “agradeciéndome por mi osadía” los otros deseándome todos los males habidos y por haber y sentenciándome de que “el día que la revolución se caiga tendré que pagar por el pecado de ser un testaferro castrista”. Y yo acordándome de Silvio y de una de mis canciones favoritas, el necio: “Dicen que me arrastrarán por sobre rocas cuando la revolución se venga abajo, que machacarán mis manos y mi boca, que me arrancarán los ojos y el badajo. Será que la necedad parió conmigo, la necedad de lo que hoy resulta necio, la necedad de asumir al enemigo, la necedad de vivir sin tener precio”.
Silvio como siempre “apretando” con las verdades en sus canciones. Y yo que aunque por principio no acostumbro a debatir sobre los comentarios que se escriben acerca de mis artículos esta vez voy a hacer una excepción y me voy a referir a dos comentarios relacionados con mi persona que por su contenido valen la pena algunas reflexiones.
El primer comentario decía, cito textualmente: “No hay cosa mas desagradable que ver a un negro libre ser esclavo "voluntariamente". Los negros siempre hemos sido rebeldes ante las injusticias, pero este "Bemba de Caimito' y el impresentable de Noel Manzanero, son esclavos por vocación. Algún día y de alguna manera estos testaferros tendrán que pagar su sumisión a la tiranía castrista”. Este señor a juzgar por su comentario o es un racista empedernido que se quiere hacer pasar por negro para “soltarse” o es un negro de esos que andan por ahí ofendiendo a los otros en nombre de intereses ajenos. Para este coterráneo yo soy un “negro libre” que “voluntariamente” se ha convertido en un “esclavo” por haber criticado a Yoanis y a la doble moral de la ONU y de su Consejo de Seguridad. Un agente de La Habana.
Sobre el contenido de mi artículo ni una palabra. Me habla de rebeldía ante la injusticia no sin antes recordarme que tengo “la bemba de caimito”. Me gustaría saber que tiene que ver mis rasgos físicos con mi forma de actuar y de pensar. Me gustaría saber además que él pensaría de mí si yo me llamara Fariñas y en unas ridículas elecciones representativas en la oficina de intereses de los EE.UU. en La Habana me diera por dar mi voto al señor George W. Bush como muestra de lealtad al presidente norteamericano más rechazado y abucheado en la historia de ese país.
No sé si este “negro” conocerá la historia de nuestra patria y el papel que jugaron nuestros antepasados en la lucha por la independencia de Cuba contra al yugo español primero y contra el imperialismo de Norteamérica después.
Juan Gualberto Gómez por ejemplo fue siempre muy severo con sus críticas a la Enmienda Platt por considerar la misma una ofensa a nuestra dignidad y soberanía y por la necesidad imperiosa de preservar nuestra identidad nacional e independencia.
El otro comentario escrito por otro coterráneo al que me quiero referir, dice textualmente: “Me llamo (...), estudio en España y (...). Leí tu articulo, respuesta a Yoanis y su escrito "La crónica que no fue», excelente mi hermano llevo tres años aquí y créeme que por primera vez leo y siento que no estoy loco ni soy un fanático a mi tierra pensando como pienso de mi país, tengo muchas amistades aquí pero casi todos resentidos por algo o por alguien que no dejo que sus proyectos en Cuba se cumplieran y eso los hace ver solo lo malo. Estar en Europa me reafirma en comprender todos los errores que hemos cometido como país y como sistema, pero igual me reafirma en lo bueno del mismo y que tu mencionas, debemos mejorar sin dudas lo que tenemos, pero la solución no es lo que veo ni en Europa ni en América, y ya he estado en Portugal y México”.
Más claro ni el agua. Ver para creer. Al primer comentarista lo llamaré a partir de ahora “Pedro” y al segundo lo llamaré “Juan”. Sin duda ya habrán notado la diferencia entre “Pedro” y “Juan”. Al primero le sucede como a la mayoría de los de su clase. Individuos que escondiéndose detrás de la pantalla de un ordenador dan riendas sueltas a sus dotes de animales salvajes, esos que arañan cuando los argumentos les escasean. Puros chabacanos.
“Juan” en cambio es uno de esos cubanos que después de haber llegado al “paraíso” son capaces de reflexionar y sacar sus propias conclusiones sin dejarse llevar por resentimientos y por campañas mediáticas que nada tienen que ver con las verdaderas necesidades y los verdaderos problemas con los que están confrontados nuestros hermanos en la tierra. “Juan” pertenece a ese grupo de cubanos que por el amor a su patria son capaces de reconocer en ella no solo sus errores y defectos, sino también sus virtudes. Él quizás sea uno de esos tantos llamados “agentes castristas” que andan por mundo pensando distinto, reflexionando y sacando sus propias conclusiones siempre por el bien de la tierra que lo vio nacer. “Pedro” con toda seguridad estará a favor del criminal bloqueo que tanto daño le está haciendo a nuestro pueblo, sobre todo a nuestros hermanos de a pie. Esas leyes criminales que no permiten que nuestro país no pueda ni tan siquiera importar un determinado medicamento para salvar la vida de un niño que puede ser también un miembro de nuestra familia.
Leyes criminales que legitiman la ignominia y el salvajismo de políticos que autorizan guerras y actos terroristas en nombre de unos derechos que ni ellos mismos se creen. “Juan” debe está viviendo en estos momentos esas manifestaciones que se repiten día a día en casi toda España donde el pueblo se ha volcado a la calle a exigirle a su gobierno de políticos corruptos que ya están cansados de tanta injusticia. Estamos hablando del mismo gobierno que entre apretones de manos y sonrisas hipócritas le exige al gobierno de Cuba que respete los derechos de sus ciudadanos, esos derechos que ellos mismos pisotean. Nos mandan a la iglesia para suavizarnos y que nos hagan “cuentos”. “Juan” no se cansa de preguntarse si esta es la democracia y el bienestar que los gobiernos europeos exigen para el pueblo de Cuba. “Pedro” no, él sigue creyendo que el futuro de Cuba está en Miami y en la política neoliberadora de los gobiernos de occidente. A él las manifestaciones en España y Grecia con toda seguridad no le interesan, o mejor dicho no le pueden interesar porque sería como negar los intereses que ellos mismos en su ignorancia política predican.
“Pedro” seguro que estará de acuerdo con esa descabellada idea que se le ocurrió a un alcalde de un municipio de Miami de entregarle “la llave de la ciudad” nada más y nada menos que al terrorista internacional Luis Posada Carriles en el “Día de la Bandera” como reconocimiento por haber hecho volar en pleno vuelo a un avión de Cubana de Aviación donde perdieron la vida impunemente 73 de nuestros hermanos, entre otros desmanes. Él seguro estará muy de acuerdo con la idea de Reina Luisa Tamayo de enterrar los restos de su hijo el “mártir Zapata” (cualquier semejanza con el héroe mexicano es pura coincidencia) en el Mausoleo de Bahía de Cochinos. Para los pocos informados en este asunto, este Mausoleo está dedicado a los mercenarios que una vez intentaron apoderarse de nuestra tierra para que sus pagadores del Norte se volvieran apropiar de nuestros recursos naturales y que como ya es conocido le duraron a los milicianos cubanos menos que lo que dura un cake en la puerta de un colegio con el Tío Sam detrás y todo.
Cada cubano, donde quiera que esté sueña con que sus restos sean enterrados en su tierra, pero a esta señora no se le ocurrió otra cosa que arrancar con la urna para Miami para llegar al aeropuerto a repetir un libreto escrito de antemano donde lo grotesco y lo ridículo convirtieron la escena en la tragicomedia del momento. Estas son las cosas que nos diferencian entre si a nosotros los cubanos que vivimos afuera. No son simples diferencias o puntos de vista, son cuestiones de principios, de dignidad, de respeto a nuestros héroes y mártires y a nuestra patria.
Estos comentarios son una prueba palpable de donde están las diferencias entre unos “agentes” que actúan por humanismo, por amor a sus hermanos que dejaron en la lejana tierra, por amor al lugar donde nacieron y los otros “agentes”, los pagados, los que actúan al compás de intereses ajenos, capaces de venderle sus almas al diablo por un puñado de dólares aunque para lograr sus objetivos tengan que sacrificar la dignidad de nuestro pueblo, su independencia y su soberanía.
Estos individuos llevan más de 50 años haciendo como si ganaran pero perdiendo y en su derrotero eterno han aprendido a vivir del cuento y de migajas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario