Un inning le bastó al principal equipo de Cuba para vencer a Taipei de China diez carreras por cinco y hacerse de la medalla de oro en la Copa Mundial de Retadores (World Baseball Challenge), que tuvo lugar en Prince George, Canadá.
Una furiosa ofensiva en la quinta entrada y excelente relevo del zurdo cienfueguero Norberto González resultaron suficientes aderezos para asegurar el título, no sin antes pasar de nuevo el susto mientras volvía a flotar en el aire la incertidumbre de la maldición china, cuyo equipo de Taipei había derrotado antes cinco veces en seis oportunidades a selecciones cubanas de primera línea, que sí, que la de Rótterdam lo era sin duda alguna aunque ahora se hablen por ahí sus boberías.
Cubo tuvo que venir de abajo después de estar perdiendo por márgen de cuatro carreras frente a un equipo que se nos ha hecho difícil en todos los eventos.
Sin embargo, en el quinto episodio Yulieski Gourriel negoció un boleto y Rudy Reyes prendió la mecha al desaparecerle Doña Blanca al abridor Lin Kuo. Fue el detonante de un inning interminable donde los batazos más importantes resultaron un tubey del también cienfueguero José Dariel "PIto" Abréu con dos compañeros en circulación y limpió las almohadillas, otro biangular del Yuli y sencillo de Rudy, autor del remolque de tres de la decena de carreras antillanas.
Empecinado, Eduardo Martín volvió a confiarle la bola al derecho Miguel Alfredo González, pero el de ayer tampoco era su día y salió explotado en el segundo capítulo después de tolerar cuatro anotaciones, tres de ellas por jonrón del receptor y octavo bate Chun Chieh Wang. En su auxilio acudió Norberto, quien con excelente control sobre sus lanzamientos laterales solo aceptó una carrera y cinco sencillos en siete entradas y un tercio, recetó cuatro ponches y concedió un boleto de libre tránsito.
Rudy, de 4-3 con 2 anotadas y 3 impulsadas, lideró la ofensiva, secundado por Yulieski, 3-2, 2 anotadas, y José Dariel, 4-2 y 2 remolques. El tercer lugar de la justa correpondió al Toshiba, representante de la liga industrial japonesa, seguido de Canadá, Tigres de Beijing y Bahamas.
Con susto, cierto, pero al final nos sacudimos la maldición del chino con alpargatas, popular frase cubana ilustrativa de las situaciones en que la suerte no acompaña algún empeño.
De todos modos, ojo, mucho ojo con este equipo de Taipei de China, una nómina muy joven con tremendos deseos de superarse en cada salida, fijo su empeño grande en el Tercer Clásico Mundial de 2013, un ejemplo que nuestra Comisión Nacional debiera imitar, aunque en verdad ha perdido bastante tiempo y ojalá no sea ya demasiado tarde.
A fuer de sinceros, admitir que se ganó el oro en esta Copa Mundial de Retadores que dejó mucho que desear en cuanto a calidad de los contrincantes, salvo la excepción, claro está, de los taipeianos. Sin embargo cada oportunidad sirve para algo, en este caso lo fue para darle juego a algunos peloteros "nuevos" en la nómina como Yoelvis Leyva y Alexander Ayala, aunque igual hubiésemos deseado que el alto mando también probara más a Yosvany Alarcón y también deje en casa las improvisaciones en la rotación del pitcheo.
Este año, además de los Juegos del ALBA que ya comenzaron, quedan por delante los dos compromisos fundamentales de la temporada internacional: la Copa Mundial (Panamá) y los Panamericanos de Guadalajara (México), ambos en el mes de octubre.
Para que la sacudida de la maldición china no fuera completa, los chamacos del 11-12 años perdieron el oro del I Campeonato Mundial de su categoría, y nada menos que frente a Taipei. Los cubanitos habían ganado siete juegos consecutivos, pero perdieron el más importante 3-2 ante los chinitos taipeianos, anfitriones del certamen.
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