La tarde se tiñó de azul celeste en Buenos Aires. Con su convincente 3-0 sobre el once guaraní, Uruguay confirmó lo que sus muchachos ya habían insinuado con su cuarto lugar en el Mundial Sudáfrica 2010: ser el mejor equipo de América, condición ratificada cuando alzaron por decimoquinta ocasión la Copa en honor al también llamado Nuevo Mundo.
Apelando a su tradicional garra y entrega, los charrúas superaron a Paraguay por la clásica milla. Y no mendingando, sino con una demostración de clase luego del tempranero gol de Luis Suárez, a la postre elegido el mejor jugador del partido y del torneo
Pura garra, puro fútbol. Eso fue Uruguay. Desde la seguridad de Muslera debajo de los palos a la capacidad goleadora de Luisito Suárez, pasando por el liderazgo de Lugano y el talento de Forlán, los uruguayos representan mejor que nadie en Sudamérica el concepto de equipo, esa entelequia que sólo elegidos de la capacidad del técnico y maestro Óscar Washington Tabárez son capaces de moldear como obra de orfebrería.
Y si otros méritos merecen se le reconozcan a los campeones de la Copa América, háblese entonces también de humildad, sacrificio, superioridad táctica. Son todas cualidades que hacieron grande al seleccionado de la Republica Oriental del Uruguay, al margen de los nombres propios.
La versión Argentina 2011 de esta Copa América volvió a hacer patente que en el deporte más bello del mundo, el de las grandes multitudes, el más universal, la mejor estrella es el equipo. Ni Messi ni Neymar. No, las hábiles y cotizadas estrellas argentinas y brasileñas se fueron sin penas ni glorias. Le Celeste se lleva las palmas en este torneo.
"Creo que Uruguay obtuvo cosas muy importantes, no tenía que olvidarse de ganar títulos. Hoy volvió a demostrarlo, Uruguay es grande", dijo Luis Suárez, quien por un tanto no logró ser también el goleador del campeonato, galardón que se llevó el peruano Paolo Guerrero con cinco anotaciones.
Como si todos los galardones resultaran pocos, los charrúas se inscribieron además como la primera selección en la historia del fútbol en que tres generaciones hacen una casta ganadora. Porque con el delantero Diego Forlán se corona en la selección el tercer hombre de ese linaje con un título de América.
Primero fue el abuelo materno, Juan Carlos Corazo. Luego su padre, Pablo Forlán, un gran futbolista del Peñarol de Montevideo. Ahora Diego, cuyo segundo gol frente a Paraguay confirmó la goleada y su felicidad porque “el apellido quedará en el recuerdo de esta Copa”.
De paso, Diego Forlán igualó a Héctor Scarone como máximo goleador histórico de la selección de Uruguay (31 goles ambos).
Nada, que tal cual lo definió Suárez asediado por la prensa, "este grupo estuvo muy unido, supo demostrar que no fue casualidad lo del Mundial y demostramos que somos los mejores de América". Así es, la Copa América tiene un campeón que es todo garra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario