El corrupto David Rivera quiere apretar más las clavijas para poder viajar a Cuba. |
En contraposición, cubanos residentes en Estados Unidos y organizaciones no gubernamentales en ese país iniciaron una campaña de envío de mensajes a la Casa Blanca en demanda de la anulación de propuestas para restringir los viajes a su país de origen.
El republicano David Rivera, quien en la actualidad es investigado por sospechas de recibir sobornos, un delito por el cual podría incluso ser llevado ante un Gran Jurado, acaba de proponer un proyecto de ley para retirarle el status migratorio a los cubanos que regresen a su tierra natal antes de cumplirse cinco años de su llegada a territorio norteamericano.
La iniciativa de Rivera alega que se está abusando de la llamada Ley de Ajuste Cubano de 1966, la cual incita permanentemente a los cubanos a emigrar a Estados Unidos y es responsable de innumerables muertes en los intentos de cruzar el estrecho de La Florida.
Esa legislación otorga privilegios migratorios a los cubanos que llegan a territorio estadounidense y les otorga la residencia legal al año de su arribo, tras lo cual pueden viajar a su país de origen, algo que no podrán realizar hasta los cinco años de aprobarse la propuesta de Rivera.
Hoy los emigrados cubanos, en su aplastante mayoría, lo son por razones económicas, y casi todos preservan su amor por la familia y la patria que los vio nacer, y manifiestan solidaridad hacia sus compatriotas, manifestó el presidente Raúl Castro el pasado 1 de agosto.
En nuestro caso no podemos olvidar que somos el único país del planeta a cuyos ciudadanos se le permite asentarse y trabajar en el territorio estadounidense sin visa alguna en virtud de la criminal Ley de Ajuste Cubano, recalcó al clausurar las más recientes sesiones del Parlamento.
Los emigrados cubanos son, resultado de una mentira repetida miles de veces, exiliados políticos que escapan del comunismo, añadió, y preguntó qué pasaría si en Estados Unidos y la Unión Europea se pusiera en vigor una ley de ajuste latinoamericano, asiático o africano.
A juicio de Rivera, un aumento de los viajes a Cuba beneficiaría al Gobierno del país caribeño, y serviría -según sus declaraciones- como "un salvavidas" por cual el proyecto de ley pretende ser, opinó, "un ancla".
Por otra parte, el mismo Rivera y el también congresista Mario Díaz-Balart presentaron previamente ante comisiones de la Cámara de Representantes dos iniciativas similares que medios de prensa de la ciudad estadounidense de Miami opuestos al bloqueo calificaron de una amenaza para la familia.
La intención es lograr un retorno al período presidencial de George W. Bush, cuando los cubanos residentes en Estados Unidos solo podían visitar una vez cada tres años a los miembros de su familia.
También, hace tres meses la congresista Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, pidió al presidente Barack Obama tomar medidas para impedir supuestas violaciones de leyes sobre el turismo a Cuba.
Por resolución del mandatario estadounidense se aliviaron a inicios de este año algunas regulaciones, pero continuaron en vigor las prohibiciones a los estadounidenses de viajar a Cuba.
Los cambios permiten algunos viajes por motivos académicos, religiosos, culturales o deportivos, que cumplan con pautas rigurosas y una política denominada por Washington "promoción del contacto persona a persona".
Sin embargo, los referidos congresistas, a quienes analistas califican como la extrema derecha cubanoamericana, y otros buscan impedir la normalización de las relaciones entre los dos pueblos.
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