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martes, 2 de agosto de 2011

La orden era matar a Bin Laden. No querían prisioneros

La orden del comando especial estadounidense que ejecutó a Osama bin Laden en Pakistán, el 2 de mayo, era matarlo, nunca fue capturarlo, revela el artículo Getting Bin Laden. What happened that night in Abbottabad, que publica hoy la revista The New Yorker.
"Nadie quería detenidos", afirmó un oficial citado en el relato detallado de la operación que terminó con la vida del líder de la red extremista Al Qaeda en el poblado pakistaní de Abbottabad.
Según el artículo del periodista Nicholas Schmidle, el grupo de operaciones especiales de la Marina de Estados Unidos (SEALs) no tuvo como orden detener a Bin Laden.
Y si todo salía de acuerdo a lo planeado, los SEALs dominarían a los guardias de bin Laden, para "disparar y matarlo a quemarropa".
Luego tomarían "el cadáver de vuelta a Afganistán", de donde salió en la noche del 1 de mayo el equipo de 23 efectivos en dos helicópteros, reseña The New Yorker.
Bin Laden era señalado por Estados Unidos como el autor de los atentados al Centro Mundial de Comercio, en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, y desde entonces desató en su búsqueda dos guerras, en Afganistán (2001) e Irak (2003).
Pero "de hecho, no está claro cómo acabó viviendo en Abbottabad", infiere el reporte.
Tras el asesinato, el presidente Barack Obama anunció en un discurso al país que Osama bin Laden estaba muerto y que su cuerpo fue arrojado al mar.
Tal decisión ocasionó innumerables cuestionamientos internacionales, porque tampoco Washington accedió en un principio a divulgar las fotos del cadáver.

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