Después de esto que ven en la foto vino "lo otro". Y el resultado posterior ya se sabe: cogido robando, "in fraganti". |
El salsero, quien sufre ahora las cuitas de su separación con la diva latina Jennifer Lopez, luego de varios años de matrimonio e intenso amorío, no tuvo recato alguno entre cantarle a su "borinquen querido" y rendirle pleitesía a Mr. Obama aquel martes aciago, por demás 14 y no 13, que entonces sí tendría al menos una explicación mística la ruptura. Pero no.
Y todo porque después de deshacerse en elogios de bienvenida para el primer presidente yanqui que se dignó hollar suelo en la Isla bajo status colonial tras 40 años desde la última (John F. Kennedy, 1961), Marc se fue de farra a un ágape organizado en honor del "ilustre" visitante. Y allí mismo pecó...
Aunque a la verdad, más que pecar fue sorprendido corriendo de home a tercera y no precisamente de la antesala al plato en un intento de squezze play, sino en sentido inverso a como Dios manda y dispone se gana una base en el béisbol (en su caso baseball), que es desde el cajón de bateo a la inicial o primera almohadilla.
La prensa de espectáculos, eufemismo bajo el cual se cobija la prensa rosa y farandulera, especula a diestra y siniestra sobre las causas de la abrupta separación de las dos celebridades. Sin embargo, una nota divulgada hoy asevera que el autor de Amar sin mentiras fue fotografiado mientras se divertía bonito y coqueteba con varias mujeres presentes en la fiesta para Obama.
Por esas vueltas que da la vida, las comprometedoras imágenes fueron a parar a las manos de JLo, como apodan a la poseedora del número uno en el top ten de los traseros mejor portados. Y ahi mismo se armó el pan de piquitos, o como se dice en buen cubano, "se armó la gorda", aunque en realidad para el cantante la rumbantela terminó como la fiesta del Guatao.
“Hay que saber entender cuando una persona no es buena para ti, o no te está tratando bien, o que él no está haciendo las cosas bien consigo mismo. Si yo sigo con Marc, soy yo quien no está haciendo lo correcto conmigo misma, de modo que me quiero lo suficiente como para alejarme”, declaró recientemente Jennifer Lopez en una entrevista a la revista Vanity Fair.
Nada, que después de casi besarle las manos al amo y desacreditarse ante mucha gente que le tenía en aprecio y se rendía ante sus cánticos de añoranza por la isla preciosa, ahora mismo Marc Anthony andará preguntándose si en realidad aquel martes 14 de junio, trocado en pesadilla, Valió la pena.
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