Más de 700 fichas en poder del Departamento de Defensa de EEUU prueban flagrantes violaciones de los derechos humanos
La catarata de revelaciones de WikiLeaks no se detiene. Nuevos documentos difundidos desde hace varias horas por diferentes diarios, revelan que el centro de detención de Guantánamo tenía por finalidad principal "explotar" toda la información disponible de los reclusos, muchos de ellos inocentes.
Los informes elaborados por los responsables de Guantánamo, fechados entre 2002 y 2009 y revelados ahora por WikiLeaks, apuntan a recomendar si el preso en cuestión debía continuar en el penal, ser liberado o trasladado a otro país. En todos los casos, revelan un sistema de arbitrariedades y abusos.
Inclusive, los papeles detallan que agentes de los servicios de inteligencia de varios países viajaron a la prisión asentada ilegalmente en suelo cubano para interrogar a presos.
A través de WikiLeaks, algunos medios tuvieron acceso a las fichas militares secretas de más de 700 presos de los casi 800 que pasaron por la prisión, en la que siguen recluidas unas 170 personas. En documentos del Departamento de Defensa estadounidense también se describe cómo los internos amenazaban a los interrogadores con matarlos, beber su sangre o decapitarlos.
Unas 160 personas estuvieron retenidas durante años en Guantánamo pese a que en sus fichas constaba que no suponían peligro para Estados Unidos.
Según las revelaciones, entre los presos hubo ancianos con demencia senil, adolescentes y enfermos psiquiátricos graves, así como maestros de escuela o granjeros sin vínculos con el terrorismo.
Como primera reacción, el gobierno de Estados Unidos consideró "desafortunada" la publicación de estas filtraciones, la condenó por tratarse de "información altamente sensible" y aseguró que gran parte de ella no representa "el punto de vista actual del gobierno".
En un comunicado que recogen el diario The New York Times y la National Public Radio, el Pentágono y el Departamento de Estado señalan que el gobierno del presidente Barack Obama y su predecesor, George W. Bush, "hicieron todo esfuerzo posible para actuar con el máximo cuidado y diligencia a la hora de trasladar los detenidos".
Al asumir el cargo, Obama había prometido que cerraría el centro de reclusión, que los detenidos allí serían juzgados en tribunales civiles de Estados Unidos y que algunos presos serían trasladados a otros países, pero hasta ahora la cárcel no se cerró. Todo quedó en promesas.
A propósito del más reciente y masivo destape de documentos secretos, WikiLeaks informó en un breve comunicado publicado en su cuenta de Facebook que autoridades federales de los Estados Unidos le han aplicado la denominada Acta Patriótica, aprobada en esa nación tras los supuestos atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
A través de su proveedor de alojamiento DNS ubicado en California, los agentes entregaron una orden de búsqueda y recopilación de todo el material disponible sobre Julian Assange y la organización por él fundada, material que será enviado a Washington y puesto a la consideración de un jurado en Alexandria.
Conclusión: De probar que Assange y WikiLeaks han violado la Patriot Act, ambos, el fundador y su organización, estarían a un paso de ser etiquetados como terroristas.
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