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jueves, 29 de septiembre de 2011

Planes de perforación petrolera con la Scarabeo 9 no escapan a presiones del bloqueo

Apoyados por la actual administración de Estados Unidos, un grupo de senadores que encabeza la agresividad hacia la Revolución cubana, añadió nuevas aristas al bloqueo económico que ya persiste por medio siglo.
Las presiones se producen justamente cuando en el 66 período de sesiones de la Asamblea General se debate sobre la resolución 65/6 titulada Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de los estados Unidos contra Cuba, y a pocos días de ser sometida a la votación del plenario, pero además en medio de un creciente movimiento mundial de rechazo a ese tipo de medidas represivas, no sólo en la Organización de las Naciones Unidas, sino por otras instancias internacionales y gobiernos del planeta.
La más reciente acción de los elementos más reaccionarios de Washington, está siendo ejecutada por un grupo de 34 congresistas norteamericanos que pidieron a la empresa petrolera española Repsol YPF la cancelación de sus planes de explorar en aguas profundas de la llamada Zona de Exclusión Económica en el Golfo de México correspondiente a Cuba.
Los planes de Repsol de usar la plataforma de construcción china Scarabeo 9 -actualmente a mitad de camino desde Singapur donde fue montado el equipamiento de punta para explorar yacimientos petrolíferos este año- se han topado con la oposición del vecino estado de Florida.
La amenaza está contenida en una carta enviada la víspera al presidente de Repsol, Antonio Brufao, indicando que la compañía española puede enfrentar riesgos comerciales y legales en Estados Unidos.
Los legisladores, entre quienes se incluyen la republicana por la Florida Ileana Ros-Lehtinen y el demócrata Debbie Wasserman Schultz, piden a la gerencia de la empresa española que abandone sus intenciones de perforar en aguas territoriales cubanas.
La carta de los congresistas aduce que cualquier inversión extranjera en Cuba aporta un beneficio financiero directo para el desarrollo económico de la isla.
Pero la política agresiva de Estados Unidos se ha hecho sentir también en otros sectores.
Hace aproximadamente dos semanas, Washington arremetió contra las líneas aéreas que vuelan a Cuba y turoperadoras y oficinas de venta de boletos para viajar a la Isla en el afán de ocasionarles fuertes pérdidas.
Hace apenas unos días, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) multó en 100 mil dólares a la aerolínea privada Spirit Airlines, por cumplir las disposiciones internacionales que obligan a pagar el uso del espacio aéreo de cualquier nación.
Estados Unidos asume el derecho, ignorando la legislación vigente en todo el mundo, de autorizar o negar ese tipo de pagos basándose en criterios políticos. Anteriormente, fueron multadas las compañías United Radio, con sede en Kentucky, y Sónida Internacional, radicada en Forest Hill, Nueva York, así como Bank Atlantic, de Florida, con base en las regulaciones norteamericanas del bloqueo a Cuba.
En 19 oportunidades anteriores la comunidad internacional, por abrumadora mayoría, votó en la ONU a favor del cese de la hostil política de bloqueo estadounidense contra la Isla, acto que no pocos consideran como un arcaismo en pleno tercer milenio. Sin embargo, estos ejemplos recién mencionados demuestran el desprecio de un sistema carcomido por el odio ancestral hacia un pueblo que decidió elegir su destino fuera de los designios imperiales, un gobierno marioneta atenazado por la volubilidad de lobbys cuyo poder financiero dicta la política exterior y rebasa incluso con la afectación a terceros las diferencias de más de medio siglo entre Washington y La Habana.

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