“La aspiración de Ecuador es seguir desarrollando la CELAC como un foro para resolución de conflictos regionales que reemplace a la OEA”, señaló el mandatario a corresponsales extranjeros. Correa cuestionó que los problemas latinoamericanos “tengan que ser tratados en Washington” o que en esta ciudad esté la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), cuando Estados Unidos “no reconoce” el Pacto de San José sobre garantías fundamentales.
“Es claro el sesgo que ha tenido la Organización de Estados Americanos (OEA) con respecto a países hegemónicos”, indicó el gobernante, quien además apuntó que la CELAC será la continuación del Grupo de Río en cuanto a tratamiento de conflictos. La OEA “ha tenido históricamente grandes distorsiones y tememos que todavía existen grandes sesgos dentro del sistema interamericano”, añadió Correa, quien criticó el enfoque que el organismo regional da a cuestiones como la libertad de expresión, la única con una relatoría especial.
“¿Qué es lo que se intenta con eso? Imponernos la visión de libertad de expresión anglosajona. Y puede que estén en lo correcto, pero puede ser que no. No es que esté cerrado a la discusión, me molesta esa imposición que se asemeja a lo que vivimos en los años 80 y 90 con el neoliberalismo y sus instrumentos: el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial”, sostuvo. Correa mantiene un enfrentamiento con un sector de la prensa ecuatoriana al que tilda de “poder fáctico, mediocre y corrupto”, y al que acusa de querer desestabilizarlo.
El mandatario acusó de “abuso de funciones” a la CIDH, luego de que un observatorio de medios y periodistas ecuatorianos acudieran a esa instancia el pasado 25 de octubre para denunciar un acoso de su gobierno contra la prensa. Incluso, anunció que planteará un “cambio radical” al sistema interamericano” en la CELAC y en la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
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